Adal Ramones: 'somos los dibujos animados de Dios'

El comediante Adal Ramones se presentará en Quito el próximo 30 de marzo del 2019. Foto: cortesía CK Concerts.

Adal Ramones estará de vuelta en Ecuador para presentar su show ‘Simplemente Adal’. El monólogo se presentará el próximo sábado 30 de marzo, a las 20:00, en el Ágora de la Casa de la Cultura, en Quito.
Próximo a convertirse en padre por tercera vez, el comediante mexicano conversó con este Diario sobre su nuevo espectáculo y lo que ha aprendido sobre la comedia en más de 20 años de trayectoria en el teatro, el cine y la televisión.
¿Cuáles son los principales temas en esta nueva rutina?
La idea del show es hacer todo lo posible porque el público pase dos horas divertidas y que esas risas les dure al menos una semana, para que lo que hayan hecho por ir al show valga la pena. Se habla de la vida cotidiana, de la soltería, hijos, matrimonio, escuela, medios, redes sociales, hombres, mujeres, sexo y muchas cosas más.
¿Todo lo que pasa en la cotidianidad puede causar de humor?
Si nos ponemos a ver nuestra vida con microscopio, todo lo que hacemos, para bien o para mal, es capaz de sacar una carcajada. Es impresionante lo que somos como especie humana, porque todo lo que hacemos, hasta lo que nos podría hacer llorar, nos puede sacar una sonrisa si le damos la vuelta. La idea es tratar de que todos tengamos una visión distinta de la vida y que veamos que de todo podemos sacar algo de humor.
Pero la cotidianidad es distinta según el país y la cultura ¿Cómo se hace del humor un lenguaje más universal?
La gente que acude a un espectáculo se sienta y tiene el corazón dispuesto a entregarse al espectáculo. Son almas dispuestas a divertirse. Si bien es cierto que no nos parecemos a los finlandeses o noruegos, al final de cuentas sé que todos tenemos que despertarnos para ir a trabajar, pagar la renta, cargar combustible, regañar a los hijos por hacer travesuras. Sobre todas esas cosas que le pasan a cualquier ciudadano del mundo, hay que tener la habilidad para conectarlas. Aunque unos tengamos antepasados vikingos y otros provengan de otras tribus, somos universalmente idénticos.
¿Cada qué tiempo actualiza su rutina y cómo es ese proceso creativo?
Me ha tocado estar en un restaurante y escuchar a cuatro mujeres quejarse de sus parejas. Son cosas que te alimentan a cada instante. La observación es vital. Alguien alguna vez lo dijo: “somos los dibujos animados de Dios”. Es decir, creo que Dios nos ve y dice: “hay Dios mío qué criaturas hice, que me sacan tantas carcajadas”.
¿Cómo ha evolucionado el show conforme van apareciendo nuevas tendencias?
Antes, la comedia era un poco más elaborada, pero ahora la veo más sencilla y los temas son más repetitivos. Algunos comediantes que veo en internet hablan de cosas de las que otros hablábamos hace 10 años. Entonces, no es que evolucione en algo nuevo, porque el mecanismo de la risa es el mismo. Lo que pasa es que ahora los comediantes lo retoman de manera más sencilla. Antes uno tenía que actuar más y hacer la voz de la mamá y ahora solo se cuenta la anécdota.
¿Es decir que antes la comedia apelaba más al teatro que ahora?
Tal vez hay unos que tenemos más sangre de actores. A mí me gusta esa rutina de comedia donde se construye todo un universo con voces, música, sonidos y actuación. Ahora no es que se esté haciendo nueva comedia, sino que todo vuelve. Un maestro me decía: “nada de lo que escuches es nuevo, todo se maquilla para venderlo como si fuera nueva. La comedia ya está escrita”.
¿Estamos frente a un eterno retorno?
Hay un eterno retorno en todo, en la música, la plástica o la literatura. Recientemente, mi hija descubrió a los Bee Gees, ahora toda la escuela está fascinada escuchando la canción Fiebre de sábado por la noche. Pero ella se sorprende cuando le digo que esa canción la escuché durante mi adolescencia. Por eso yo le creo a mi maestro cuando dice que no hay nada nuevo bajo el sol.
¿Además de la observación, hay experiencias personales que alimentan sus monólogos?
Cada experiencia de la vida me ha servido para hilvanar esta historia de comedia a lo largo de los años. Cosas como el haber sido papá primerizo de una niña y cuando mi hija de pequeña quería que andemos a su mamá a vivir a otra casa para quedarnos los dos, aprender a quitar el pañal, cómo ponerlo, qué hacer cuando llora son experiencias que se pueden contar arriba de un escenario con luces, un micrófono y una buena dosis de comedia e histrionismo pueden matar de risa a todo el mundo, porque a todos nos ha pasado.
Estás a punto de volver a experimentar la paternidad. ¿La experiencia también se repite en ese sentido?
En un mes ya llega mi tercer hijo o hija. No quisimos saber el sexo del bebé y que sea sorpresa al estilo ‘oldfashion’, es decir, como antaño. Con toda la tecnología que hay para ver al bebé en 3D, más bien queremos volver a la época de nuestros padres, cuando se enteraban de qué era en el momento mismo del parto. Todo regresa y conozco a varios amigos que quieren hacer las cosas como antes.
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