El joven ecuatoriano Mateo Barragán trabajó en la edición de partituras musicales en el filme ‘Deadpool 2’ que este 18 de mayo del 2018 llega a las salas de cine locales. Foto: cortesía Mateo Barragán.
Mateo Barragán creció viendo películas de superhéroes. Ahora su nombre es parte de los créditos de ‘Deadpool 2’. Él, junto con un equipo de la empresa Igloo Music Studios– donde trabaja como ingeniero de sonido– colaboró en la grabación y mezcla de la música del filme.
De la mano del célebre compositor Tyler Bates, quien ha trabajado en largometrajes como ‘300’ y las dos entregas de ‘Guardianes de la Galaxia’, Barragán y el equipo de Igloo Music se encargaron de preparar las sesiones de grabación, grabar la música y posteriormente editarla y mezclarla. Esto se realiza en conjunto con los ‘score mixers’, que son quienes mezclan toda la música de un filme.
Este joven ecuatoriano de 26 años empezó sus estudios superiores en la carrera de producción musical de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ). A finales del 2013 viajó a los Estados Unidos para finalizar su carrera en la Full Sail University (Florida). Una vez graduado, se mudó a Los Ángeles y trabajó como interno en Igloo Music con Gustavo Borner, uno de los mixers de ‘Deadpool 2’.
Tuvo que esperar un tiempo para poder obtener su visa de trabajo, algo que finalmente se dio en este 2018. Lleva dos años viviendo en Los Ángeles y por ahora quiere quedarse allí. Además del trabajo en producciones cinematográficas y series de televisión, la escena musical local de la ciudad californiana le llama la atención.
En un inicio, Barragán no sabía que trabajaba para ‘Deadpool 2’. Sólo sabía que colaboraría con Bates, de quien conocía el trabajo. “Entonces tenía una idea de que iba a ser un proyecto grande, pero fue una experiencia muy grata (al enterarse que estaba colaborando en este filme)” .
Esto, dice, no es algo que ocurre solamente porque se trata de un gran largometraje de Hollywood. “Sea el proyecto que sea, siempre tratas de dar tu mejor trabajo. Tienes que mantener el profesionalismo al tope”.
Barragán salió del país en el 2013 y actualmente reside en Los Ángeles. Trabaja como ingeniero de sonido en Igloo Music Studios. Foto: cortesía Mateo Barragán.
La confidencialidad en proyectos cinematográficos de gran magnitud es clave. Ocurre con actores y actrices y, en este caso, ocurrió con este joven ecuatoriano. “Cuando estás trabajando, trabajas con el equipo y ya te enteras, pero obviamente tienes que mantener la mayor confidencialidad mientras trabajas en el proyecto. No le puedes contar a nadie”.
Y aunque le tomó por sorpresa el estar trabajando para un filme tan masivo, ya tenía experiencia en trabajar en proyectos para pantalla chica, pues anteriormente colaboró junto con Fil Eisler como asistente e ingeniero en la composición de la música de una temporada de la serie ‘Empire’. “Se aprende, pero tú tienes que estar a la altura del trabajo”, dice. Añade que las sesiones pueden extenderse por más de 15 horas al día.
La presión es otro factor en la industria cinematográfica; cada minuto cuesta miles de dólares. Por ello, en las sesiones “tiene que estar todo perfecto, porque no puedes cometer errores. Todo cuesta dinero y tienes mucha gente que depende de ti”.
Ahora que el filme ya se estrenó en Asia y hoy, 18 de mayo del 2018, llega a las salas de cine del país, el poco de descanso, el estrés y la presión han pasado a segundo plano. Vio su nombre en los créditos del filme gracias a un amigo de Derek Snyder. Él tiene amigos en Taiwán que capturaron los créditos en una imagen y la enviaron a Los Ángeles. Igloo Music Studios la compartió en sus redes sociales.
Barragán dice que todo su trabajo ha sido una experiencia que vale la pena, pero destaca que lo más interesante ha sido poder estar ahí rodeado de gente de la que puede aprender mucho.
Él quiere llevar todo su aprendizaje a más películas y ya lo está haciendo. Acaba de terminar de colaborar en otro largometraje y está realizando uno más, de los cuales no puede dar detalles. A futuro, el joven quiere combinar el trabajo en la industria cinematográfica, con músicos y artistas. La producción musical es su pasión y la escena local de Los Ángeles es muy interesante para él.
Por ahora, su interés es continuar obteniendo experiencia. “En algún punto me encantaría ser el mixer de una película de esa magnitud”, dice. Por ello sabe que está “en el lugar correcto, con la gente correcta, para aprender y poder llegar a ese nivel”.