‘Dunkerque’ la pieza clave de una guerra y un director

Como la mayoría de los británicos, Christopher Nolan se crió escuchando acerca de Dunkerque. Un episodio acontecido en los inicios de la Segunda Guerra Mundial que, según como se mire, puede ser interpretado como un fracaso estratégico militar o un milagro.

A sus 46 años, el director de ‘Interestelar’, ‘Inception’ y la versión más oscura de ‘Batman’ le devuelve la mirada a la realidad para sumar a su filmografía su primer filme bélico, con ‘Dunkerque’. Un deseo latente desde que, a mediados de los años 90, cruzó por primera vez las 26 millas que separan Reino Unido de Francia a través del Canal de la Mancha. Un viaje que duró 19 horas a bordo de un pequeño bote de vela, enfrentado a un mar agitado y un temporal.

Una experiencia que se convirtió en la simiente de ‘Dunkerque’, una historia que se desarrolla a finales de mayo de 1940, cuando la Fuerza Expedicionaria Británica, junto con las tropas francesas, belgas y canadienses fueron obligadas a replegarse en las playas de Dunkerque, en la costa norte de Francia.

Un hecho que fue el resultado de una serie de operaciones militares que empezaron con la invasión de Alemania sobre Polonia, en septiembre de 1939. Aunque Francia y Reino Unido se aliaron para intentar detener el avance del nazismo alemán, en mayo de 1940, las tropas del Tercer Reich lanzaron una ofensiva imparable hacia la ocupación de Francia.

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Para abordar un hecho de tal magnitud, el director lleva el filme a una gran escala y compartimenta el relato en tres escenarios con distintas escalas de tiempo: una semana en tierra, un día en el mar y una hora en el aire.

Desde el primer momento, Nolan instala al espectador en pleno campo de batalla y lo lleva directamente a la playa donde cerca de 400 000 soldados se encuentran sitiados entre las tropas enemigas y un estrecho pero infranqueable mar, que los separaba de las seguras costas del Reino Unido. Al mismo tiempo, cientos de voluntarios civiles acuden al llamado del Gobierno y zarpan en sus propios botes con la idea de evacuar a la mayor cantidad de soldados posible al otro lado del Canal de la Mancha. Para garantizar el éxito de una arriesgada y desesperada maniobra, un grupo de pilotos a bordo de aviones Spitfire protegían a los soldados en retirada y a los botes que iban en su ayuda.

Sin embargo, alrededor de la operación denominada Dinamo, que concluyó con la evacuación de más de 300 000 soldados, hay una serie de hipótesis que apelan al espíritu de solidaridad y patriotismo de los civiles y militares que participaron. Oras, sin embargo, hacen énfasis en los errores estratégicos de ambos bandos, sobre todo a la extraña decisión del alto mando militar de Alemania, y de Adolf Hitler en particular, que decidió detener la ofensiva sobre Dunkerque durante tres días. Lapso que permitió la evacuación de la tropas y que a definió el destino de una guerra sin precedentes en la historia de la humanidad.

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