Tras su primera escala en Miami, la exposición ‘Tapas. Spanish Design for Food’ (Diseño español para la comida) abrió sus puertas en Washington, con el objetivo de demostrar que el ingenio culinario español va más allá de la comida para conquistar su entorno natural, el plato y toda la mesa.
Y es que pese a su nombre, la muestra no se limita solo a hacer un recorrido por algunos de los pequeños platos que han puesto a España en el mapa del planeta culinario. Como indica su subtítulo, mira también más allá, hacia otra faceta menos conocida de este mundo que es mucho más que pucheros y fogones.
La “gran revolución” de la gastronomía española es haber “roto la dicotomía entre el plato y la comida”, afirma el comisario de la exposición, Juli Capella, mientras muestra algunos ejemplos que se pueden ver en la muestra que hasta el 23 de marzo estará abierta al público.
“Por primera vez en la historia de la cocina se rompe la separación entre contenedor y contenido, ahora la creatividad en la cocina no es sólo cosa del chef, sino también del diseñador”, asegura.
Una visión innovadora que atribuye a chefs de vanguardia como Ferran Adrià, uno de cuyos mantras es precisamente que “cocinar es diseñar platos”, o a las colaboraciones exclusivas entre diseñador y cocinero de otro de los buques insignia de la cocina ibérica, El Celler de Can Roca, nominado en el 2013 como mejor restaurante del mundo.