Hace dos décadas, el rubio compositor de 27 años rompía el hilo de su existencia en su casa de Seattle, EE.UU., en medio de una serie de fábulas sobre la decisión que dejaba en la orfandad no solo a su hija recién nacida –Frances Cobain-, sino también a millares de seguidores del grupo en el mundo.
Con esa partida, el ‘mass media’ olvidó poco a poco la fiebre que causó desde los televisores. Aquella que se membretó como grunge para definir a las bandas de punk y rock independientes de Seattle. Día a día las voces de gravilla y las guitarras disonantes dejaron de usar camisas de franela, pijamas y ropa desaliñada en la señal de MTV. Así, el último movimiento musical surgido desde lo subterráneo parecía haber muerto en la pantalla.
Sin embargo, quedaron semillas regadas más allá del medio masivo. Desde entonces, los nuevos músicos -famosos o no-han seguido citando a Nirvana, Alice in Chains, Soundgarden o Pearl Jam en sus acordes. En Quito, uno de esos ejemplos es Desperas. Esta agrupación tocará hoy (5 de abril de 2014) por quinto año consecutivo un set de dos horas y media con canciones de Cobain.
“Empezamos a hacerlo por la pasión que tenemos por los 90. La generación X (gente nacida a principios de los 80) se quedó en el limbo al perder a su referente. Es una generación incompleta porque el declive también se da musicalmente a partir del suicidio de Cobain. Pero el grunge no ha muerto. Grupos como el nuestro revive aunque sea una vez al año todo el sentimiento de la generación X”, asegura Jaime Aldaz, vocalista y guitarrista del grupo.
Así también, los seguidores, aquellos que gastaron la aguja del tocadiscos o el láser del lector de CD (era una época de transición) con discos como ‘Bleach’, ‘Nevermind’ o ‘In Utero’ aún tienen a mano no solo la música sino también sus ‘trapos’, que los identifican con la música de su adolescencia.
Una de ellas es la quiteña Jenny Plasencia, una fan del rock convencida de que Nirvana le dio alas para expresar sus sentimientos también desde la ropa. “El grunge es una manera de vestir más desaliñada. Te da un toque de libertad; usas pantalones rotos o te pones lo primero que encuentras (…) a los que no nos importa lo que diga la gente siempre llevaremos una onda así en nuestro armario para cualquier momento”.
Si bien lo grunge fue tendencia en el 2013, según publicaciones fashionistas, el mayor legado de aquellas bandas, como Nirvana, está en sus composiciones. Las melodías rasposas fueron más allá del mote con el que las agruparon; ese grunge que aún se respira en Quito.