Diego Araujo es el director de la película ‘Feriado’, su opera prima. Foto: Archivo
El caso ‘Feriado’ abrió un debate sobre el sistema de calificación que reciben las películas que se estrenan en salas de cine.
Entre críticas y apelaciones, la ópera prima del ecuatoriano Diego Araujo pasó por cuatro calificaciones en las que la censura de la película pasó de 18 años a 15 años.
La Corporación de Productores Audiovisuales del Ecuador (Copae) retomó el tema con un debate sobre la calificación de películas que se realizó la noche de este martes 27 en el auditorio de la Alianza Francesa.
El cineasta Camilo Luzuriaga moderó el diálogo que sostuvieron Jan Vandierendonck, presidente de la Copae; Juan Martín Cueva, director ejecutivo del CNCine; y Mariana Andrade, secretaria de cultura del Municipio de Quito.
Vandierendonck inició el conversatorio con una reflexión sobre los preceptos morales, religiosos y políticos que dieron origen a los primeros sistemas de valoración de las producciones audiovisuales.
Un sistema que para Vandierendonck actualmente se estructura sobre una calificación subjetiva antes que pedagógica en la que “se toma como índice de valoración el nivel de aceptación cultural, de cada país o ciudad, sobre la desnudez y la violencia”.
En el Ecuador, la calificación de películas es competencia de cada Municipio. Es decir, que para que una película se exhiba a nivel nacional debe pasar por el trámite de calificación en cada ciudad en la que se tiene prevista la proyección.
Una de las propuestas de Vandierendonck es que el sistema de calificación debería aplicarse en todo el territorio bajo la tutela de un organismo con jurisdicción nacional. Además asegura que estos modelos de calificación no deberían regir solo para las películas que se proyectan en cines sino que también se debe extender a todos los productos audiovisuales que se transmiten por otros canales como la televisión de señal abierta y por suscripción, DVD, internet, etc.
Para Mariana Andrade, en cambio, la calificación fílmica responde a un discurso paternalista del Estado que requiere una revisión y una actualización. Para ella es importante superar la calificación artística y moral que impone la Ordenanza vigente en base a un criterio técnico y al consenso de un grupo de organismos y actores competentes.
Según el Código Municipal vigente desde 1997, la valoración cinematográfica está sujeta al criterio de cuatro calificadores adjuntos designados por el Consejo Metropolitano.
Es precisamente la falta de claridad en el perfil y el método de selección de estos funcionarios lo que también se cuestionó Juan Martín Cueva.
El director ejecutivo del CNCine planteó que los métodos y criterios de calificación se reestructuren en función no solo de los productores y cineastas sino también en función del espectador para lo cual propuso la participación de otras instancias como el Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia, la Defensoría del Pueblo, entre otras.
Así, el debate quedó abierto con los criterios y propuestas de los invitados y los asistentes al conversatorio que tendrá continuidad en posteriores encuentros.