George Clooney pidió hoy a Gran Bretaña que devuelva a Grecia los mármoles del Partenón en una divertida y concurrida conferencia de prensa en Festival de Berlín seguida a la proyección fuera de concurso de su quinta película como director, “The Monuments Men“.
El tema del film es la búsqueda de objetos de arte robados por los nazis de parte de un reducido grupo de civiles, a fines de la Segunda Guerra Mundial, para devolverlos a sus legítimos propietarios.
De ahí la pregunta de un periodista griego a la que Clooney respondió: “yo creo que Grecia tiene razón en pedirlos de vuelta porque fueron llevados de Atenas a Londres en circunstancias poco claras. Pienso que sería bueno que Gran Bretaña se decidiese por fin a devolverlos”.
Pero este diálogo fue lo único serio de una conferencia de prensa que demostró una vez más que en ocasiones como ésta -con participantes del nivel de Clooney y sus co-protagonistas Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Bob Balaban y Jean Dujardin– el espacio de conferencias de prensa del Hotel Hyatt de Berlín es demasiado reducido.
Como es habitual cada vez que Clooney y sus amigos convocan a una rueda de prensa son más los chistes que una información propiamente dicha, como lo demuestran las constantes muecas de Bill Murray o los recuerdos del rodaje de Damon que sostiene que sus amigos le achicaban el vestuario todos los días para hacerle creer que estaba gordo.
En otros momentos de seriedad, Clooney se refirió al descubrimiento de parte de la justicia alemana de un tesoro de obras de arte robadas que aún seguían escindidas en la casa de un anciano y conocido galerista.
“Esta es una historia que no se terminará nunca porque entre obras de arte robadas que siguen escondidas o que fueron destruidas por oficiales obsecuentes que obedecían órdenes de Hitler siempre habrá motivo de esperanza o de frustración cada vez que se producen novedades en este sector”, prosiguió el actor.
Y agregó: “pero me alegro que se vuelva a hablar de este tema no solo como consecuencia de mi película sino como motivo de discusión acerca de que no es posible adjudicarnos la propiedad exclusiva obras de arte que no nos pertenecen”.
“Fue Grant Heslov, mi coguionista y coproductor del film – añadió- quien me hizo leer el libro de Robert M. Edsel.
Pensamos que iba a ser un proyecto que no se parecería en nada a lo que habíamos hecho hasta ahora sobre todo porque le faltaba el cinismo que lucían aquellas, una cualidad del espíritu que con la edad se va desvaneciendo”. “
En realidad -dijo el actor-director- lo que que queríamos era hacer una película de puro entretenimiento como las que Hollywood solía hacer con el tema de la Segunda Guerra Mundial, films como ‘The Dirty Dozen‘, ‘The Train’ o ‘The Guns of Navarone‘ que nos gustaban tanto cuando éramos chicos”.