El cantante español presentó en el Ágora su gira Mutaciones Tour 2016.
Foto: Patricio Terán/El Comercio
El baile rock & roll, las poderosas tonadas musicales y el carisma caracterizan al músico español Enrique Bunbury que, después de 30 años de carrera musical, aún entona las notas más altas y da un show vistoso como cuando se inició en la banda Héroes del Silencio.
La gira Mutaciones Tour llegó a Quito la noche del sábado 9 de abril del 2016, con un repertorio que incluyó lo mejor de Bunbury, sus canciones más reconocidas y sus tradicionales baladas rock con toques acústicos y de jazz, que dieron realce al formato ‘unplugged‘ con el que se grabó su último disco.
Iberia Sumergida fue la canción que dio paso al concierto de Bunbury en el Ágora de la Casa de la Cultura. El despliegue escenográfico fue tan llamativo como la ronca voz del cantante, que saltó al escenario luciendo un traje negro y su tradicional sombrero vaquero en una pasarela de luces rojas.
El club de los imposibles, Dos clavos a mis alas, Sirena varada y Porque las cosas cambian fueron los temas que formaron parte del primer ‘set’, antes de que Bunbury haga una pausa para agradecer a sus fieles seguidores, que le demostraron que él siempre es bienvenido en Ecuador con un coro de “Enrique, Enrique” que invadió el escenario, lleno en su totalidad.
Las canciones con letras sobre los rompimientos fueron las protagonistas, como Que tengas suertecita y Puta desagradecida, que retumbaron en un coro desde todas las localidades del Ágora.
Pero las emociones en el público aumentaban a medida que Bunbury recordaba los éxitos de Héroes del Silencio, la banda que lo catapultó al éxito rockero en la década de los 80.
Extranjero, Infinito, Maldito Duende y Mar Adentro, entre otros, fueron los éxitos que cerraron el show, antes de que el español se despida de Quito con su popular Lady Blue.
Ante la petición de sus miles de fans, Bunbury regresó al escenario con Más alto que nosotros solo el cielo, El rescate y la reconocida La chispa adecuada, que fue la canción más apegada al formato ‘unplugged‘ con una versión acústica.
Un último ‘set’ incluyó Los habitantes, De todo el mundo y el vals en versión jazz Y al final, que causó la euforia de los ecuatorianos y le valió a Bunbury las ovaciones de pie, ante un show que cumplió con la expectativas y deslumbró a la fanaticada.