El rugido de Aslan, el león narniano, se escucha nuevamente en la película ‘Las Crónicas de Narnia: La Travesía del Viajero del Alba’.
La tercera entrega fílmica, del director Michael Apted, se basa en el quinto de los siete libros que publicó el escritor inglés C. S. Lewis entre 1950 y 1956.La historia narra el reencuentro de los hermanos Edmund y Lucy Pevensie con su amigo, el rey Caspian. Los Pevensie, y su primo Eustace, navegan junto a Caspian en busca de los siete señores de Narnia, quienes fueron expulsados por Miraz, tío del monarca.
En los siete libros del inglés hay seres fantásticos de distintas mitologías y religiones. Los faunos, seres con torso humano, patas y cuernos de cabra, vienen de la mitología griega. Las brujas y los enanos pertenecen a Noruega.
Pero es el cristianismo el que domina el trabajo de Lewis. En una publicación del sitio renuevodeplenitud.com, el escritor explica en una carta a un niño, en 1961, que “la entera historia de Narnia se refiere a Cristo”.
A Doris Bermúdez, productora radial, no le es tan fácil definir elementos cristianos. Dice que hay muchos. “En el caso del símbolo del león, talvez represente al ‘León de Judá’, es decir a Jesús”.
Bermúdez es cristiana y tiene este punto de vista porque Aslan, el león narniano, al igual que Jesús, se sacrificó para salvar a sus amigos. Ella se refiere a los acontecimientos que sucedieron en la primera cinta y segundo libro.
Aunque el cristianismo no fue una de las aficiones de Lewis, su amigo J. R. R. Tolkien, autor de ‘El Señor de los Anillos’, le dijo que existe un ser supremo. Con Dios en la mente y la convicción en su pluma, escribió ‘Las crónicas’.
Fuerza, sabiduría y bondad son virtudes de Aslan. Estas características hacen que Juan Carlos López, de 25 años, las asocie con la personalidad de Jesús. “En el león se unen Dios y su hijo, Cristo”. López dice que la imagen del león le viene bien a Jesús porque lo llamaban ‘Rey de Reyes’.
Con la cinta de Apted, producida por Twentieth Century Fox, Aslan y lo que simboliza se descubre. La relación entre el cristianismo y Narnia se fortalece. Aquí, los pecados capitales, representados por los siete caballeros desaparecidos, y el Edén, que es el mundo de Aslan, se fusionan con la fantasía y la metáfora.
Para Jorge Villafuerte ese mundo fantástico es un sitio espiritual. “El león se convierte en la guía espiritual”. El joven, de 24 años, con este criterio también se refiere sobre cómo Aslan se configura la ‘Santísima trinidad’. Es decir, que el león representa a Dios, Jesús y al Espíritu Santo.