Cuando Carlos Torres Garcés o José Voltaire Villafuerte alineaban en la cancha de fútbol, el aficionado del deporte los ubicaba fácilmente, por su abultado pelo, acomodado al estilo afro. Era la mitad de los años 70.Por ese tiempo, el grupo guayaquileño Boddega comenzó a escucharse en el país. El guitarrista y compositor Gustavo Pacheco también llamaba la atención por la enorme cabellera.Él cuenta que no era simplemente una moda que llegó de los Estados Unidos o Inglaterra. En su caso, había dosis de rebeldía propia de la juventud. Otros factores, como la guerra de Vietnam, el movimiento hippie, Los Beatles, Carlos Santana y Jimmy Hendrix tuvieron peso en la decisión de no cortarse el cabello.No deja de recordar que cuando andaba por las calles guayaquileñas, la gente le hacía sentir un bicho raro. No le importaba. Estaba convencido de que no hacía daño a nadie. Y lo demostraba usando cintillo en el pelo, collar, pantalón acampanado, zapatos altos y hasta un ratón blanco.Tras los éxitos del grupo, con canciones como El hombre sin cabeza, En tu corazón tengo un lugar, Dame tu amor y otras, terminaron aceptando su forma de ser.Por su parte, Carlos Torres Garcés reconoce que su decisión de usar afro no fue por rebeldía, sino por una cuestión de moda, marcada principalmente por los hippies de Inglaterra y de EE.UU., al no poder tener pelo largo, la opción era hacerlo crecer para arriba y también hacia los costados. Jim Kelly, actor experto en artes marciales, fue un referente para Carlos Torres. Y, como tenía el corte afro, había que seguirle. Reconoce que fue un atractivo para las chicas. Es más, cuando se casó, su esposa tenía el cabello grande.El jugador cuenta que delanteros como Ítalo Estupiñán, el mismo José Villafuerte tenían cortes más abultados que el de él. Y que, con el paso del tiempo, cinco o seis años, dejó esa moda. Este corte también apareció por razones y argumentos estrictamente profesionales y de imagen. Estos, por ejemplo, fueron los motivos de Oswaldo Valencia, ‘Mr. Soul Train’. Cuando se dejó crecer el cabello vivía en Estados Unidos. Era 1972. En ese año, los artistas afrodescendientes dominaban la industria de la música.Muchos de ellos estaban en Motown Records. El 90% de los artistas de esa casa disquera usaba el peinado afro, bajo la consigna: “Entre más frondoso, más elegante es”. Para ello, tenía que echar mano a lo más avanzado, como el peine especial ‘afrocorn’, el champú y acondicionador ‘ afro shene’ y ‘spray shene’.Valencia cuenta que en Ecuador, a más de una persona blanca o mestiza vio con peinado afro, gracias a las permanentes.