El artista ecuatoriano Enrique Males alza su canto como reclamo

Enrique Males y Patricia Gutiérrez, durante una presentación en Guayaquil. Foto: cortesía Universidad de las Artes

Enrique Males y Patricia Gutiérrez, durante una presentación en Guayaquil. Foto: cortesía Universidad de las Artes

Enrique Males y Patricia Gutiérrez, durante una presentación en Guayaquil. Foto: cortesía Universidad de las Artes

La bailarina Patricia Gutiérrez, acompañante de Enrique Males en el concierto escénico Kawsaymanta Yupaychani, dejó claro, al inicio del espectáculo, que toda la obra del músico kichwa-imbaya son elegías a la naturaleza, de agradecimiento a la vida, pero también cantos de fuerza y permanente lucha de reinvidicación.

Males, con su música ancestral, y Gutiérrez, con su danza étnica, propusieron un viaje andino, musical y escénico, en la presentación de la cuarta edición de los Encuentros Públicos de Artes Interactos 2019, organizados por la Universidad de las Artes (UArtes) y desarrollados la semana pasada en Guayaquil.

El kichwa-imbaya tocó una veintena de instrumentos andinos y ancestrales de viento y persecución. Además, cantó en quichua y español.

El cantautor ibarreño, Premio Nacional Eugenio Espejo 2018, se solidarizó “con los pueblos que vienen luchando contra los depredadores de la tierra, manifestándose con vitalidad y coraje por la vida y por la dignidad de los pueblos”.

Gutiérrez abogó por romper las “taras del sistema”, como las del racismo, en referencia a los hechos suscitados tras el paro nacional impulsado por las nacionalidades indígenas en contra de las medidas económicas del Gobierno nacional. “Somos un solo país. Todos tenemos derecho a una vida digna, la lucha es por la dignidad de todos”, dijo la bailarina al final del concierto.

El músico quichua-imbaya Enrique Males y la bailarina Patricia Gutiérrez inauguraron Interactos 2019 con un concierto escénico ancestral la noche del miércoles 23 de octubre, en el edificio Mz14, en el centro de Guayaquil. Foto: EL COMERCIO

En un quejido de resignación y con su guitarra, Males cantó: “Ahora yo le digo, compañera; así vengan militares, no no hemos de correr; así vengan militares, muertos muertos iremos todos”.Las canciones en español hablan de tributos familiares a la tierra y sus productos, de la propia celebración de los solsticios, pero también son una voz contra la contaminación de los recursos naturales.

El hombre es solo una hebra en este tejido (natural), lo que le haga al tejido se lo hace a sí mismo, ni siquiera el hombre blanco escapa a ese destino, aunque hable con su Dios como si fuera su amigo… Después de todo, quizás seamos hermanos”, recita Males, nacido en Ibarra en 1942, autor de 18 discos de larga duración y 13 discos compactos.

Gutiérrez, cultora de un estilo de danza étnico- contemporáneo, dijo que pretende recrear “fantasías vivenciales” y encarnar con sus vestuarios autóctonos “a la mujer tierna de nuestros pueblos”, pero también referir a su valentía.

La bailarina enarboló en escena una bandera arcoíris indígena, emuló el vuelo de un cóndor y con lanza en mano y una franja de tinta negra a la altura de los ojos lanzó un grito de guerra. Gutiérrez y Males vienen trabajando en el Kawsaymanta Yupaychani hace 25 años, un espectáculo que definen como “una ceremonia de agradecimiento a la vida más allá de la razón”.

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