La actriz Giovanna Andrade (izq.), Marion Ecalle y Ramón Barranco, directores del Teatro Sánchez Aguilar en la apertura del encuentro. Foto: Gabriel Proaño / EL COMERCIO
Un 55.6% de los espacios culturales de Guayaquil carecen de un equipo a cargo de la capacitación y desarrollo de públicos, el mismo porcentaje tampoco ha realizado nunca actividades destinadas a tener un mejor conocimiento de sus visitantes. El dato abre una interrogante sobre si los espacios están trabajando de la mano de sus audiencias.
Las cifras de la encuesta que el Teatro Sánchez Aguilar (TSA) realizó a líderes de espacios y gestores culturales del Gran Guayaquil se dieron a conocer este jueves 20 de agosto, durante la jornada del III Encuentro Nacional de Artes Escénicas y Musicales.
La cita aborda nociones de emprendimiento cultural y la problemática del público, además de cómo se entrelazan los dos ejes, según explicó Marion Ecalle, directora general del TSA, anfitriona del evento. El encuentro plantea explorar formas de integrar al público al momento de desarrollar procesos creativos.
La encuesta del Teatro, publicada en el segundo número de la revista Confluencias 2015, muestra que existe un interés por parte de los programadores por conocer a sus espectadores. Pero según la experiencia del consultor español Raúl Ramos, uno de los invitados y ponente de la jornada, a los centros y gestores culturales les cuesta poner en marcha estrategias que responda a las necesidades de sus públicos.
El Teatro Sánchez Aguilar organiza este jueves 20 de agosto la tercera edición del Encuentro Nacional de Artes Escénicas y Musicales. Foto: Gabriel Proaño / EL COMERCIO
“La independencia del creador es clave para que el arte prospere, pero el editor, el gestor, el productor del teatro tiene la necesidad de hacer accesible la información a la gente”, adelantó Ramos, máster en gestión cultural y director de la firma Asimétrica, la noche del martes pasado, en un encuentro con estudiantes y gestores en la Universidad de las Artes.
A menudo el texto que se plantea para invitar al público a una función de danza contemporánea, por ejemplo, es incomprensible. “Nadie hace una labor de decodificación de la terminología que se usa y lo que se hace es establecer barreras”, criticó experto en marketing cultural.
Él plantea que parte de la solución al problema del desarrollo de públicos comienza con un trabajo que se remonta a dos pasos antes de la función (intercambio artístico) tratando de explicar al público que así lo necesite un poco de a lo que se va a enfrentar. Y termina dos pasos después del acto cultural ofreciendo la oportunidad de una charla posterior o de revivir en su casa parte de la experiencia (el ‘playlist’ de una obra de danza clásica, por ejemplo).
Para Ramón Barranco, director artístico del TSA, ese es precisamente el objetivo del Encuentro: aportar para la resolución de problemas de las artes escénicas, ofrecer herramientas de inspiración, reflexión y organización que resulten aplicables en el panorama local.
Durante la mañana, antes del gran debate en torno al tema de los públicos, se presentaron los proyectos que participan en la convocatoria Emprende Cultura, concurso organizado por el TSA y la Subsecretaría Técnica de Emprendimientos Culturales del Ministerio de Cultura. En la tarde estaban previstas, entre otras ponencias, la del director teatral Jaime Tamariz, director del Microteatro GYE, quien hablara de este formato emergente en Guayaquil.