Las emisiones de gases de efecto invernadero a un ritmo sin igual desde hace 66 millones de años

La actividad humana está directamente relacionada con las emisiones de CO2. Foto referencial: Wikicommons

La actividad humana está directamente relacionada con las emisiones de CO2. Foto referencial: Wikicommons

La actividad humana está directamente relacionada con las emisiones de CO2. Foto referencial: Wikicommons

Las emisiones de gas con efecto invernadero se producen actualmente a un ritmo inédito, diez veces superior al que se constató durante periodos de recalentamiento en los últimos 66 millones de años, explica un estudio publicado en la revista Nature Climate Change.

Ese ritmo está llevando al mundo a un terreno peligroso, afirman los investigadores. Esos registros superan incluso la perturbación climática que marcó el paso del Paleoceno al Eoceno, hace 56 millones de años, según el estudio.

En esa época, las temperaturas mundiales aumentaron más de 5º C a causa del impacto de los gases con efecto invernadero, pero en un lapso de miles de años. Numerosas especies desaparecieron, en particular en los océanos.

Las emisiones actuales, de origen humano (utilización de energías fósiles en particular) han causado un aumento de la temperatura de la Tierra de 1°C respecto a la era preindustrial, y anuncian un alza de 3 a 4°C de aquí 2100 si no se toma ninguna medida drástica.

“El ritmo de emisiones es absolutamente crítico” explica Andy Ridgwell, paleoclimatólogo de la Universidad de Bristol, coautor del estudio con dos colegas de la Universidad de Hawai y de la Universidad de California.

Para estimar el ritmo de las emisiones de hace 56 millones de años (del CO2 pero más probablemente del metano proveniente del fondo del océano) los investigadores estudiaron los sedimentos recogidos ante el estado norteamericano de Nueva Jersey.

Los isotopos de oxígeno (marcadores de temperatura) y de carbono (marcadores de los GES) demuestran que las emisiones hace 56 millones de años se hicieron bastante lentamente. Durante unos 4 000 años concretamente, a un ritmo de 1 000 millones de toneladas de carbono al año.

Comparativamente, las actividades humanas provocan actualmente emisiones de unos 10 000 millones de toneladas de carbono, es decir diez veces más.

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