Ya vengo para festejar el ‘huasipichay’ (inauguración) de la casa, dice el vicepresidente Lenín Moreno, cuando accede a la vivienda de Doris Mendoza, emigrante de 41 años, que cuidaba ancianos – 11 años- en Palma de Mallorca, España.
Mendoza se acogió al plan Manuela Espejo para los emigrantes con discapacidad. Su hija, Yomaira Lingh Mendoza, de 24 años, tiene parálisis cerebral. Yace en una cama y sonríe el instante que el Vicepresidente le acaricia el rostro. “Estás guapa, estás coqueta”, sostiene Moreno. Otra sonrisa se esboza en los labios de Yomaira, contenta en su casa de 36 m², en Flor de Bastión, uno de los más populosos de Guayaquil.
Moreno recuerda que hace cuatro meses trajo a Yomaira en el avión presidencial, de la empresa Tame. “En una línea comercial la chica hubiese sufrido mucho”.
Su esposa, Rocío González, confirma lo que dice, al igual que Pierina Correa, presidenta de la Federación Deportiva del Guayas, quien les acompaña.
Al menos 36 ecuatorianos aquejados de discapacidades y residentes en España esperan acogerse al plan. La arquitecta Carlota Torres, dice que las casas no tienen barreras. Han hecho 600 en Guayas a un costo de USD 6250 por vivienda. Son de bloque y eternit. En los exteriores abundan las plantas. “Una flor, un árbol no pueden faltar”, afirma Rocío González, esposa del Vicepresidente. “Es un símbolo de amor y solidaridad”.
Moreno se despide satisfecho. Se apresta a ir al taller de prótesis. La calle es de tierra y abundan negocios tan disímiles como peluquerías, bares, fruterías…
El jueves, la agenda del Vicepresidente estuvo copada. Se reunió con Enrique Ponce, gerente del Grupo de Cameron- Ecuador; luego con Héctor Cueva, presidente de Olimpiadas Especiales para hablar de inclusión laboral.
En la tarde fue a su consulta médica y después a descansar para asistir al partido Ecuador-Chile.