Solo las mujeres que presentan embarazos de riesgo deben contar con la aprobación del médico de cabecera para continuar con su vida sexual. Foto: Pixabay.
Hasta el último día de gestación o hasta que se rompa el agua de fuente una mujer puede mantener relaciones sexuales con su pareja sin el temor de afectar la salud del bebé. Así lo aseguran los especialistas.
Solo las mujeres que presentan embarazos de riesgo deben contar con la aprobación del médico de cabecera para continuar con su vida sexual. Pero, por lo general, los estragos se superan a partir del tercer mes. Ese tiempo también se suele esperar para continuar con el ejercicio físico, según Cristian Espinosa Araujo, especializado en Medicina Materno-Fetal.
July Ruiz, sexóloga y terapeuta de parejas, explica que, en el caso de embarazos no considerados de riesgo, la frecuencia dependerá del deseo de ambos protagonistas, mientras que las posiciones a experimentar las decidirá la futura mamá, por comodidad. En varios casos, el hombre tendrá que esperar por una relación sexual hasta que las hormonas se equilibren, pues es conocido que se descontrolan durante el embarazo, e incluso durante la menstruación.
De acuerdo con la especialista, a una mujer le resulta más cómodo tener sexo de lado, sentada sobre su pareja o en la posición perrito: en cuatro.
El problema de tener relaciones sexuales de la forma tradicional –el hombre sobre la mujer – es que el varón podría presionar la barriga de la madre. Sin embargo, hay parejas que lo logran y que disfrutan del momento.
Nathalia, madre de dos niños, por ejemplo, experimentó la mayoría de posiciones con su esposo, pues aseguró que durante el embarazo aumentó el deseo sexual. Tuvo sexo hasta horas antes de que nazcan sus hijos. Añadió que, además del placer, lo hizo por sugerencia de su doctora. “La especialista del prenatal dijo que las relaciones sexuales durante el embarazo ayudaban a la dilatación. Y la verdad es que no tuve contratiempos”.
Ruiz coincide con la doctora de Nathalia, y es por esa razón que, tras despejar dudas, les sugiere continuar con su vida sexual normal, pues asegura que no existen riesgos para el feto, ya que el pene jamás ingresa al cuello del útero. Ese estrechamiento está cubierto por una gruesa membrana mucosa que lo protege de infecciones.
Y ese es, precisamente, el mayor temor de las mujeres en estado de gestación, sobre todo, de las primerizas. De las 10 mujeres que visitan el consultorio de Ruiz, cinco están preocupadas de que el pene llegue a dañar al feto.
Otra explicación para que las mujeres recuperen la calma es que, si el embarazo es normal, la estimulación sexual o el orgasmo no generan un aborto ni provocan el inicio del parto. De acuerdo con el portal especializado BabyCenter, el orgasmo puede causar ligeras contracciones del útero, pero, por lo general, no son dañinas y además son temporales.
Las sustancias encontradas en el semen, llamadas prostaglandinas, y la estimulación de los pezones también pueden causar ese tipo de contracciones.