El objetivo al que apunta el empresario turístico es un visitante que, durante su estadía de al menos una semana, gaste un promedio de USD 800. Esta meta se contrapone con el propósito de la eliminación de visas, que promulgó el Gobierno, el 20 de junio del 2008. Aparte de apoyar al principio de libre circulación de personas, la idea era de aumentar el ingreso de visitantes extranjeros.
Pero el balance actual de Freddy Éguez, secretario ejecutivo de la Federación Nacional de Cámaras de Turismo del Ecuador (Fenacaptur), es que esto no se logró.Lucero Cevallos, gerente de Galacruises, receptora de turistas que desean visitar Galápagos y la Amazonía, teme que el número de visitantes bajará con relación al año anterior. Al menos su empresa sufrirá un descenso en un 30% en el número de clientes con relación al año pasado. “Para septiembre no tenemos casi nada de ventas por la caída de la demanda. Para mantener activo a nuestro crucero lo llenaremos con canjes de publicidad, invitados y ventas de último momento. Igual ocurre con otros operadores”.
Cevallos y Éguez coinciden en que ni antes ni ahora se necesita visa desde los principales mercados emisores como Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, España y Italia.
Sin embargo, el Ministerio de Turismo resaltó ayer que en el primer semestre la llegada de extranjeros al país creció 9,38%.
Estas cifras no convencen al sector empresarial, pues insiste en que más que la masificación les interesa el turista de calidad. En esos coincidieron Éguez y la viceministra de Turismo, Solange Garcés. Es decir, que la capacidad de gasto sea alto. Los estadounidenses, por ejemplo, gastan un promedio de USD 800 por cada semana de permanencia y el promedio general está en USD 570.
En ese incremento semestral se incluyen a 100 646 de Colombia, 75 939 de Perú y 14 162 de Venezuela. Pero, según la Captur, esos no son mercados de gran gasto. Los colombianos y venezolanos invierten entre 250 y 300.
Éguez reconoce que existe un aumentado de visitantes cubanos. “Pero todos sabemos que no vienen de turismo, pese a que ingresan bajo esa condición. Vienen por negocios, compra de artículos y regresan a su país. Incluso muchos se quedan acá”.
A eso se suma el incremento en el flujo de ciudadanos asiáticos, en especial chinos. “Tampoco lo hacen por turismo sino más como comerciantes e incluso utilizan a Ecuador como país de tránsito en su travesía a EE.UU. en condición de indocumentados”.
Cevallos y los representantes de la Captur insisten en la necesidad de hacer un análisis objetivo sobre los beneficios que trajo la apertura de fronteras ecuatorianas para los extranjeros.
El gremio considera que se permitió el libre ingreso de todo tipo de ciudadanos, con la consiguiente percepción de inseguridad, incluso de sicariato. Además, que eso afecta a la imagen internacional de Ecuador. “El visitante duda en ir a un país donde no va estar seguro”, sentencia Éguez.
Aunque los italianos Deborah Rubbi Alfi y Rontini Luca y la chilena nacionalizada brasileña, Beatriz Aguirre, coincidieron en que desde sus países muy poco se conoce de lo que está pasando en Ecuador. Por eso decidieron venirse al país y el viernes recorrían el Centro Histórico de Quito.
Sin embargo, los empresarios aseguran que como el turista extranjero compra con al menos un año de anticipación, la repercusión se sentirá en el 2011 y 2012. Aparte que una medición hecha por la Corporación Metropolitana de Turismo, mostró que la ocupación hotelera de Quito apenas llega al 51% de la capacidad.
Incluso no hay inversión extranjera en el sector a gran escala.