La elaboración de los platillos ancestrales es una de sus propuestas

En el parque San Sebastián, en Otavalo, las integrantes de Warmi Yuyaykuna ofrecieron cinco platos tradicionales a los visitantes del Kallari Raymi. Foto: José Luis Rosales/ EL COMERCIO.

En el parque San Sebastián, en Otavalo, las integrantes de Warmi Yuyaykuna ofrecieron cinco platos tradicionales a los visitantes del Kallari Raymi. Foto: José Luis Rosales/ EL COMERCIO.

En el parque San Sebastián, en Otavalo, las integrantes de Warmi Yuyaykuna ofrecieron cinco platos tradicionales a los visitantes del Kallari Raymi. Foto: José Luis Rosales/ EL COMERCIO.

Papas con berro, sopa de chuchuca, cuy asado con papas con salsa de pepa de zambo, tortillas de tiesto, entre otras, son las preparaciones de la cocina kichwa de Otavalo.

Según las integrantes del grupo Warmi Yuyaykuna (pensamiento de la Mujeres), 14 damas de la comunidad Punyaro Alto (Imbabura) se organizaron para, entre otras cosas, recuperar los saberes de madres y abuelas, que se estaban perdiendo.

Las expertas cocineras aseguran que la comida, elaborada en ollas de barro y en cocina de leña, adquiere un sabor exquisito. Por ello, la mayoría utiliza estos utensilios, como lo hacían sus antepasados.

Las emprendedoras aprovechan las reuniones y fiestas populares para comercializar los alimentos. Así lo hicieron en el tercer encuentro SinchiWarmikuna, que se desarrolló en febrero pasado.

Se trata de una reunión de mujeres cantoras del país y de Latinoamérica. La cita incluyó música, danza, gastronomía y artesanías andinas.

Sin embargo, esta vez el encuentro se centró en la recuperación de las memorias ancestrales gastronómicas de la comunidad, comenta Ana Cachimuel, de SinchiWarmikuna, una organización aliada de Warmi Yuyaykuna.

Una de las actividades claves fue reunirse con las mujeres adultas mayores de la comunidad, quienes compartieron los secretos de la preparación de los alimentos.

Uno de esos menús es el champús, una colada espesa elaborada con harina de maíz y hierbas como las hojas de naranjo, que le da un aroma especial. Este potaje va acompañado de la runa tanta o pan.

Además, indicaron cómo tostar los granos de maíz y preparar un exquisito ají.
Uno de los objetivos de Warmi Yuyaykuna es rescatar y fortalecer su identidad. En la parcialidad de Punyaro Alto se han ido perdiendo elementos como el idioma kichwa.

Por eso, no solo han incursionado en la gastronomía, sino también en el baile y ritmos tradicionales y artesanías. Incluso, han integrado agrupaciones de danza y música.

El primer conjunto lleva el mismo nombre de la organización comunitaria y está conformada por hijas y familiares de las emprendedoras.

Una de sus recientes presentaciones fue en el marco del Kallari Raymi (fiesta de Inicio), el 10 de febrero pasado. Es una vitrina cultural, turística y deportiva de la urbe.

Es bueno que las mujeres lideren estas iniciativas que buscan conservar tradiciones del pueblo Otavalo, comenta Cristian Ruiz, organizador del Kallari Raymi, una fiesta de la zona urbana.

Lo que se busca también es fortalecer la lengua materna, a través de las diferentes expresiones artísticas. Por eso, abrieron una escuela de canto kichwa y ahora también cuentan con un grupo de música, que está integrado por los esposos e hijos.

En septiembre del año pasado, antes de integrar Warmi Yuyaykuna, las emprendedoras recibieron varios talleres de capacitación sobre temas de género y organización.

Ana Cachimuel comenta que hay que tomar en cuenta que la mujer es transmisora de los conocimientos. Por eso, considera que era necesario que participen más activamente dentro de la comunidad.

Cada martes, las integrantes del grupo se reúnen para planificar las actividades que se desarrollarán dentro la semana. Ahí también consta el menú que prepararán cada domingo y que lo ofrecen a familiares y vecinos en la localidad.

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