Los cultivos ecuatorianos no han sido afectados todavía con la meleira. Foto: Archivo
La historia de la meleira es como la de cualquier otro virus que la humanidad haya conocido. No se sabe específicamente cómo nació, pero ya en la década de 1980, y durante la época subsecuente, representaba uno de los principales problemas en la producción de la papaya en los estados de Bahía y Espíritu Santo, en Brasil.
Casi 35 años después, una investigación realizada por el virólogo ecuatoriano Diego Quito ha ayudado a resolver las interrogantes en torno a esta enfermedad de las papayas y que, prácticamente, convierte a estos frutos en objetos obsoletos para su distribución y venta en los mercados.
En 2015, el investigador ecuatoriano publicó un estudio que le tardó casi dos años en desarrollar. En el mismo, Quito señala que en las plantaciones comerciales de papaya del Ecuador se descubrió un nuevo virus, al cual denominó virus Q de la papaya (PpVQ).
El mismo fue detectado en dos de las tres provincias estudiadas para esta investigación de campo: Los Ríos, Santo Domingo y Santa Elena.
Ya en aquella época, el ecuatoriano sugería que la investigación de este nuevo virus debería continuarse para determinar su relación con otras enfermedades que afectan a los cultivos de papaya.
Tomando en cuenta cómo era la afectación de la meleira en la producción de papaya en Brasil y México (este es el segundo país donde se reportaron casos de plantaciones infectadas por el virus), un grupo de nueve investigadores brasileros lograron relacionar las secuencias de ARN del virus gracias a las investigaciones de Quito.
El estudio ha sido todo un reto. Para los investigadores, el trabajo del científico ecuatoriano ayudó a comprender
de mejor manera cómo es la cadena de ARN de la meleira, cuyas proteínas se relacionan con el virus Q.
¿Por qué interesa de sobremanera el estudio de la meleira? De acuerdo con Álvaro Espinel, productor de papaya en Los Ríos, a la meleira se la ha considerado como la gran amenaza para la producción sudamericana de esta planta.
El también experto en biotecnología explica que este virus deja grandes secuelas para los productores ya que es difícil identificarlo en estadios juveniles.
Quito explica que el virus meleira no ha sido identificado en las plantaciones que sirvieron de base para la identificación del virus Q. Y aunque esto resulta confortante para Espinel, el productor afirma que no es momento de bajar la guardia. “Si ya encontraron una nueva enfermedad que posiblemente afectaría a nuestra producción, no se puede descartar que haya una afectación de otros males”, dice Espinel.
Investigadores del Ecuador y Brasil ya se encuentran en contacto para una mejor comprensión del comportamiento de los virus Q y meleira.
Quito explica que para ellos es importante mantener activa una red de trabajo ya que desde el Ecuador también se está monitoreando el ingreso o no de meleira en las plantaciones locales. Adelanta que está trabajando en proyectos similares con científicos del país.