Desde marzo del 2020, las películas tendrán una calificación por edades que regirá en todo el país. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
El estreno de una secuela de la saga policial ‘Bad Boys’ se anuncia como una película recomendada para mayores de 15 años en los cines de Quito. Sin embargo, una nueva versión de la comedia ‘Dr. Dolittle’ aparece en la cartelera como un filme apto para todo público.
Antes de proyectarse en las salas de cine, cada película recibe una calificación que define el rango de edad recomendado, en función de la calidad artística y moral de cada obra.
Actualmente, esa competencia es administrada por cada Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD). En el caso de la capital, la calificación es realizada por el Municipio de Quito, a través de la Oficina de Calificación de Espectáculos y rige para los cines que operan en el Distrito Metropolitano.
Pero a partir de marzo del 2020, el Instituto de Cine y Creación Audiovisual (ICCA) asumirá esa competencia, que tendrá vigencia a escala nacional.
Desde que entró en vigencia en diciembre de 2016, la Ley Orgánica de Cultura le atribuye al ICCA la facultad de emitir la certificación para la exhibición de obras cinematográficas y audiovisuales, nacionales y extranjeras, en los diferentes circuitos.
Jan Vandierendonck, director ejecutivo del ICCA, explica que la implementación de esta medida llega después de un proceso de trabajo con el Consejo Nacional de la Igualdad Intergeneracional, Ministerio de Educación, Senescyt, productores, distribuidores y representantes de salas de cine.
La medida, dice Vandierendonck, responde principalmente a un mandato constitucional sobre la protección de la niñez y la adolescencia.
Para asumir estas funciones, el ICCA realizó una convocatoria para conformar el Banco de calificadores, con profesionales con experiencia en Comunicación y Pedagogía. Entre los postulantes se escogerán hasta 12 calificadores, que estarán sujetos a evaluaciones periódicas y podrán desempeñarse durante dos años, por un convenio con el ICCA.
Ivette Rodríguez, directora de control técnico del ICCA, explica que para acceder a la Certificación, el titular de los derechos de exhibición deberá hacer un pedido a la institución. Esta coordinará un cronograma de proyección con los calificadores, quienes asumen la responsabilidad de emitir el documento con la calificación. El servicio tendrá un costo de USD 36.
En Quito, la calificación regulada por el Código Municipal para el Distrito Metropolitano de Quito establece tres escalas de calificación artística (excelente, buena o mala) y cuatro, de calificación moral (apta para todo público y restringida para menores de 12 años, 15 años y 18 años).
Ese modelo cambiará bajo la competencia del ICCA, que aplicará una sola escala: todo público de 0 a 6 años; todo público de 6 a 12 años; menores de 12 años bajo supervisión; mayores de 12 años; 15 años; 18 años. Rodríguez explica que esa clasificación se definió en base a la revisión de sistemas internacionales de países como Colombia, México y otros.
Para emitir el fallo, los calificadores tendrán una etapa de capacitación y deberán seguir las bases técnicas establecidas en una guía metodológica. “Esta guía recoge la base legal y científica de los criterios orientativos, enfocados en cuatro temáticas: violencia, comportamiento sexual, lenguaje y uso de sustancias psicoactivas”, dice Rodríguez.
Para la funcionaria, la aplicación de este sistema servirá como una guía para que el espectador y los padres de familia conozcan y evalúen el tipo de contenido. Vandierendonck asegura que el control sobre el anuncio de las calificaciones y el control de las restricciones seguirá bajo la competencia de los GAD.