Lourdes Páez realizó un seguimiento intenso del cacao durante cuatro años. Para este 2015 lo publicó todo en su libro ‘Ecuador tierra de cacao‘ y hoy lo resumió para su charla sobre la historia del cacao y el chocolate, realizada en el marco del Salón del Chocolate.
Páez narró un breve recorrido por la historia del país y su vinculación con esta pepa, “sin el cacao el Ecuador no existiría” fue una de sus primeras frases. Puesto que el producto y sus derivados permitieron al país posicionarse económicamente durante el boom cacaotero. Al momento esta industria da trabajo a alrededor de 600 000 personas.
Los primeros registros del cacao nacional datan de más de 5300 años atrás. En la provincia de Zamora Chinchipe un grupo de arqueólogos-explicó Páez- encontró que los nativos domesticaron la planta para su consumo. Allí se evidenció que existían bebidas de cacao en vasijas y platos con cacao tostado.
Su ponencia siguió el traslado del cacao hasta México y todo el Pacífico. Continuó con el decaimiento en los años 30 por plagas que afectaron a los trabajadores. Además de recordar el nacimiento de la competencia “porque en Europa empezaron a utilizar la pepa del cacao para plantar en colonias africanas. Ellos se convierten en nuestra competencia hasta hoy, pues uno de los más grandes productores es Costa de Marfil”.
Luego, dice Páez, llego un resurgir para el país en los años 60 cuando el producto se empezó a exportar en sus derivados como pasta o manteca de cacao.
El cacao fino de aroma, como se lo conoce al producto nacional-dice Páez- ha retomado fuerza desde los 2000 por el desarrollo del consumo gourmet. Lo que permite elaboración de recetas, barras de chocolate y productos con mayor cantidad de chocolate puro y no utilizar sucedáneos.