Todo gran movimiento tiene una fecha aproximada de nacimiento. En el caso de la fotografía, el 19 de agosto de 1839 la República Francesa declara oficial al invento que se atribuyó a Louis-Jacques-Mandé Daguerre.
El nuevo invento irrumpe en Ecuador a mediados de 1840, aunque haya finalmente arribado en 1841, gracias a un pedido de Vicente Rocafuerte, en su calidad de gobernador del Guayas. Pese a la corta edad como República, la historia moderna del país ya se inicia con la imagen fotográfica.
La historiadora de la fotografía ecuatoriana Lucía Chiriboga, también directora ejecutiva del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), menciona en su libro escrito con Silvana Caparrini ‘El retrato iluminado: Fotografía y República en el siglo XIX’ que la primeras fotografías hechas en Ecuador llevan la huella del poder.
Esas producciones, en su mayoría anónimas, retrataban a las élites políticas. De ahí que la postura del cuerpo y los semblantes de los gobernantes y sus familias, hayan dado cuenta de su poder sobre la mayoría de ecuatorianos: los indígenas.
De modo contrario, los rostros y cuerpos de los indígenas ecuatorianos también ocupan la temprana visualidad del país, pero sobrecargados de exotismo. Así lo menciona Ana María Toro, titular del área de Fotografía Patrimonial del INPC, quien añade que el acercamiento hacia ellos los perfilaba como “parte de las grandes haciendas… y parte del proceso de evangelización”.
A esto se suman dos factores de los tempranos años de la fotografía en Ecuador: técnica y migración. El daguerrotipo, por sus costos elevados de producción, fue de uso de las élites; mientras que con el aparecimiento de la albúmina y el colodión en los 60, la fotografía empezó a popularizarse aún más.
Eugenio Maneury, Julio Básconez o Rafael Pérez –conocido por la foto post mórtem de Gabriel García Moreno– son sugeridos por Toro como los primeros fotógrafos y pintores del país en los años posteriores a 1865.Sin embargo antes, fotógrafos viajeros como el estadounidense Camillus Farrand o el español Rafael Castro Ordóñez, ya habían elaborado fotografías del Ecuador, sobre todo de paisajes, característica del romanticismo naturalista del pensamiento decimonónico.
Por ejemplo, la fotografía ‘Cóndor viviente’, de Farrand, publicada en la serie ‘Vistas en el Ecuador’ por la compañía estadounidense E. & H. T. Anthony & Co., fue tomada en 1862. Asimismo, el fotógrafo Rafael Castro Ordóñez toma sus fotografías en el lapso 1864-1866. Ambos llegaron al país con fines distintos al artístico.
Farrand viajaba por Sudamérica para promocionar el estereoscopio, aparato que capturaba en ángulos distintos una imagen, causando un efecto de relieve. Castro, en cambio, llega con la Comisión Científica del Pacífico en 1864, huyendo de un conflicto político entre España y Perú.
Ese podría ser el inicio de la historia de la fotografía en Ecuador. No obstante, previamente al 19 de agosto de 1839, la fotografía ya tenía sus primeros precursores.
El historiador de arte Beaumont Newhall menciona en su libro ‘Historia de la fotografía’, al inglés Tomas Wedgwood como el primero en intentar registrar “la imagen de la cámara valiéndose de la acción de la luz”. Inició su experimento poco antes de 1800, pero varios intentos fallidos, por la técnica usada, hicieron que desistiera.
Un paso más adelante lo dio el francés Joseph-Nicéphore Niepce a mediados de los 20. No obstante, su técnica no es valorada por las academias francesa ni inglesa. Asimismo sucedió con otros como: Hippolyte Bayard, Henry Talbot, Hercules Florence, Hans Thøger Winther. Aunque es Bayard de quien sí se tienen evidencias de su experimentación previa
y lograda en la fotografía.