Langosta de Galápagos (arriba, izq.), Seco de Chivo de Santa Elena (arriba, der.), Fritada Imbabureña (abajo, izq.) y Caldo de Coroncho de Zamora Chinchipe (abajo, der.), son parte de esta selección gastronómica. Fotos: Cortesía Ministerio de Turismo
Los sabores y saberes detrás de la preparación en 350 variedades de papas y en productos símbolos como el cacao fino de aroma, la quinua, el chocho y los frutos del mar motivaron a la creación de un mapa gastronómico.
Este mapa destaca 24 platos típicos, uno por cada provincia, y se desarrollará junto con una ruta turística. Según Carlos Larrea, viceministro de Turismo, la propuesta no es excluyente, ya que busca resaltar un destino a través de un plato icónico que servirá de enganche para el viaje.
“El país tiene más de 750 variedades de sopas. Tenemos, además, una de las gastronomías menos intervenidas como la Amazónica, con los ayampacos, maitos, chichas de chonta y de yuca, etc., que garantizan una experiencia única”, describe Crespo.
Una de las primeras acciones dentro de este plan fue la edición de 20 000 mapas y 10 000 folletos gastronómicos.
En sus páginas se ofrecen platos como el encanutado de bocachico de Los Ríos, el viche de Manabí, los chigüiles de Bolívar, las diferencias entre el hornado pastuso y riobambeño, etc., acompañado de una descripción sobre el origen del platillo, su preparación y detalles sobre la región.
Diego Madriñán, asesor del MinTur, añade que se planea realizar cuatro ferias gastronómicas, una por cada región, además de dos internacionales, para posicionar aún más a la gastronomía ecuatoriana.
Para el chef Carlos Gallardo, quien lideró el proyecto Rescate de los sabores tradicionales del Ecuador, uno de los siguientes pasos a seguir en este proceso es promover la ruta de la papa, la ruta del maíz o la ruta del ají. “Esta es una gran oportunidad para promover la cocina andina a través de sus saberes ancestrales”, acotó.
Para dotar de calidad y capacitación en este proyecto, el Mintur expidió el nuevo Reglamento de Alimentos y Bebidas, el cual clasifica a los establecimientos turísticos en siete categorías: cafeterías, bares, restaurantes, discotecas, establecimientos móviles, plazas de comida y servicios de cáterin.
Para diferenciar a los establecimientos que cumplieron con los parámetros de exigencia, se los reconocerá con el distintivo ‘T’ de turismo.
“Estamos trabajando no solo para potenciar la cocina tradicional, sino también para que experimenten la cocina de autor”, añade el ministro de Turismo, Enrique Ponce de León.