Ecuador, una coctelería en creación

Luis Guerra  es ‘bartender’ profesional, elabora coctelería de autor y será el representante nacional en el Campeonato Mundial de Bartending en Bulgaria 2015. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

Luis Guerra es ‘bartender’ profesional, elabora coctelería de autor y será el representante nacional en el Campeonato Mundial de Bartending en Bulgaria 2015. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

Luis Guerra es ‘bartender’ profesional, elabora coctelería de autor y será el representante nacional en el Campeonato Mundial de Bartending en Bulgaria 2015. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

Bebidas ancestrales como la chicha o tradicionales como el canelazo son algunas de las más antiguas que identifican al Ecuador. Sin embargo, aunque lleven alcohol y otros ingredientes que alteran el sabor original, no han sido denominadas cocteles, sino difundidas como bebidas locales.

John Barreno, director del comité de evaluación y capacitación de la Asociación de Bartenders del Ecuador, explica que por esta razón la coctelería nacional no tiene una herencia como la tiene la gastronomía local, “básicamente estamos creando nosotros ahora la coctelería ecuatoriana”, y para ello “estamos ampliando la gama de productos con bebidas”.

La propuesta de la Asociación es realizar cocteles 100% ecuatorianos, tanto con productos nativos como con licores elaborados. “No es complicado, solo hay que conocer bien los ingredientes y cómo todo se puede combinar en la cocina”, explica Luis Guerra, actual campeón nacional de estilo flairtending.

Uno de los destilados ecuatorianos que le han sido más útiles en la mixología es el Secreto Inti, un licor realizado a base de cáscara de naranja que se produce en Latacunga, Cotopaxi.

Esta preparación ha formado parte de algunas de sus creaciones que ahora son coctelería de vanguardia nacional. Tal es el caso de la receta titulada oscura pasión, una bebida inspirada en el chocolate local y el destilado de naranja cuya combinación se puede disfrutar incluso como postre por su mezcla de sabores dulces y ácidos .

En el área de la mixología, el Ecuador se ha beneficiado de la diversidad de frutos nativos que permite a los licores asentarse y contrastar. Así sucede con el mortiño -que según Barreno- es un fruto silvestre que se puede combinar con licor de naranja, ron añejo, agua saborizada de toronja o jengibre para crear cocteles innovadores.

De igual manera el zumo de maracuyá, permite la realización de cocteles refrescantes y esta es una de las frutas que más gustan al público, junto con las mezclas que llevan mango y coco.
Las bebidas locales - también pueden aprovechar los aromas que ofrecen las hierbas como el cedrón, la hierbabuena nativa (chirarán) o las mentas ecuatorianas porque tienen mayor carga aromática y esto agrega armonía a los cocteles.

El ‘bartender’ utiliza incluso raíces para macerar los licores porque entregan nuevos jugos al juntarlos con el alcohol de ron o whisky.

Guerra, por su parte, aprecia los vegetales como el pimiento y el ají ecuatorianos para incluirlos en las recetas locales. En su creación inti pacha (sol y tierra) macera ají con whisky ecuatoriano Bellows, y jugo de frutas como mango y maracuyá.

Asegura que esta mezcla permite brindar un coctel denominado ‘all day’ puesto que es un buen acompañante de las comidas durante cualquier hora del día.

Mientras que el yanasacha, una bebida inspirada en el Cotopaxi, está elaborada con pimiento y whisky y permite abrir las papilas gustativas por sus sabores cítricos, ácidos y un tanto amargos calificándose como un aperitivo. Sus toques perfumados “brindan un sabor complejo pero placentero”, dice su creador.

La ventaja de no tener una coctelería oficial cede a los actores actuales espacio para que ideen bebidas que seduzcan a nacionales y extranjeros.

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