Ecoturismo con rituales indígenas e hindúes

Carlos Ramírez realiza una sesión de Temazcal, un ritual que incluye plantas medicinales. Foto: Cortesía: GOVINda´s

Carlos Ramírez realiza una sesión de Temazcal, un ritual que incluye plantas medicinales. Foto: Cortesía: GOVINda´s

Carlos Ramírez realiza una sesión de Temazcal, un ritual que incluye plantas medicinales. Foto: Cortesía: Govinda´s

Tiene la forma de un iglú, pero es hecho de piedras unidas con cemento. Sirve para que los turistas puedan experimentar el temazcal. Se trata de un sauna, que se atribuye a las costumbres indígenas, que se hace con hierbas medicinales.

El temazcal tiene un origen mezoamericana, pero fue vinculada a las tradiciones andinas y adaptada con hierbas que crecen en la región. Es una práctica común de las comunidades de la Sierra Norte, principalmente. Solo que, a diferencia de lo que hacían desde hace más de

1 200 años en las comunidades indígenas, este ritual combina prácticas propias de la India, como la meditación.

“Permite entrar en un estado diferente de pensamiento y de percepción de la realidad”, como explica Carlos Ramírez, comunicador del Centro Cultural Govinda’s. Su nombre espiritual es: Goura Ananda.

La hacienda llamada Vrindavan está ubicada en el sector Río Negro, en la vía Baños-Puyo y es parte de Govinda’s.

Este último funciona como un yoga-monasterio, en el centro de Quito desde hace 20 años. Sirve de referente para coordinar las actividades que se hacen en la finca.

Se ofertan diferentes paquetes turísticos que incluyen paseos, caminatas, sesiones de yoga en salas especiales o a la orilla del río Negro.

La hacienda cuenta con un restaurante con comida para veganos y vegetarianos. Eso la distingue del resto de sitios que hay en el lugar con infraestructura parecida. Hay una capacidad de alojamiento para 100 personas.

Pero lo que más atención de los turistas atrae es el temazcal. Dentro del sauna hay un agujero profundo, donde se colocan piedras de río calientes. Sobre estas se riegan las aguas medicinales, para generar el vapor.

Eso es inhalado por los participantes y permite liberar el cuerpo de toxinas.

El sitio es oscuro, apenas alumbrado con las piedras incandescentes.

Trata de emular al vientre de la madre tierra. Eso crea el
ambiente propicio para la concentración y para evocar mantras (oración, sonido, que permite a la persona conectarse espiritualmente). El mantra más poderoso es hare krishna, que según Ramírez traduce el sentimiento de un alma en estado puro para conectarse con Dios. “Es una oración para poder entrar en el campo de la conexión universal del servicio a la divinidad”.

Hay dos temazcales en Vrindavan. Uno para seis personas y otro para 18. La idea es que puedan estar lo más cerca posible, para que el sauna tenga mayor efecto. La sesión dura aproximadamente una hora.

Existen cuatro fases, cada una relacionada con el norte, sur, este y oeste, que tienen una energía diferente, según Ramírez. Cada una de unos 15 minutos. Luego de ese tiempo las personas deben salir del iglú, mojarse en agua fría de hierbas y luego debe volver a entrar al sitio. Esto estimula el sistema nervioso y busca despertar los sentidos de los participantes.

Un maestro guía a los turistas en cada paso, durante el temazcal. No puede encargar el proceso a cualquier persona.

Debe ser alguien que haya aprendido la técnica de un maestro espiritual, además conocer sobre las tradiciones andinas y también las culturas orientales (de la India), religiosidad y espiritualidad.

El director de la finca y maestro es Gopal Bata. Ese es su nombre espiritual. Aunque regularmente también se cuenta con invitados especiales nacionales o internacionales.

Todas las personas pueden participar en el temazcal. No necesariamente se necesita contratar un paquete, que puede costar entre USD 50 y USD 200 dependiendo de la cantidad de actividades que se quieran hacer y el número de personas. Los grupos grandes pueden tener descuentos.

Solo el temazcal cuesta USD 50, por lo que es recomendable ir en grupos para compartir el costo. Las personas pueden acudir directamente, sin la mediación del centro cultural Govinda’s. La finca está abierta las 24 horas, todo el año.

Y lo ideal para el temazcal es reservar con tiempo, pues hay un proceso previo al ritual. Se deben elegir y calentar las piedras; alertar al maestro y también a los médicos que asisten a las personas.

Siempre se utilizan piedras de río, porque tiene una carga de ionización negativa, que permite al cuerpo tener estabilidad con el magnetismo de la tierra.

Esto porque el ser humano de ciudad está constantemente expuesto a contaminación magnética, por el uso de equipos electrónicos. Esto, en la cultura Hindú, tiene consecuencia directa en la salud.

El mismo efecto puede tener ir a la playa y bañarse en el mar (conductor eléctrico natural) o al caminar con los pies descalzos sobre el césped, como refiere Ramírez.

Por eso la ubicación de la finca es clave, pues está rodeada de vegetación, fuentes de agua y corredores naturales con
una rica fauna.

En contexto

El 8 de marzo se realizó el festival Goura Purnima, uno de los festivales más importantes para los budistas. Participaron los representantes del Ecuador. Ellos se han organizado para promover su filosofía, prácticas y rituales espirituales. En Quito hay un centro.

Identidad 

En la hacienda Vrindavan se hacen rituales como el temazcal de sabiduría

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