Para adoptar o comprar una mascota es esencial tener disponibilidad de tiempo o al menos dedicarle horas de calidad cuando se está junto a esta.
Sin embargo, no siempre se tiene esa oportunidad, pese a saber que una mascota -sobre todo el perro- necesita desfogar todas sus energías para incluso estar bien de salud.
Esa es la percepción de entrenadores de perros y cuidadores de guarderías, que vieron en esto una oportunidad para brindar un servicio a los dueños y a sus canes.
Guarderías para perros fue el nombre que le dieron. Los canes, como en una escuela de niños, son recogidos en sus hogares y trasladados a un complejo en donde pueden recrearse y tomar algunas clases.
“La primera es la de sociabilización”, dice Miriam Daza, una entrenadora colombiana que llegó al país hace nueve años, para hacerse cargo de Castle Dog, una hostería para mascotas en Miravalle.
Esta es sin duda la clase más importante, considera, porque los cachorros deben aprender a convivir con otros perros sin problemas. “Este es el principal inconveniente que los dueños enfrentan cuando están en casa o salen a dar un paseo, entonces es donde debemos enfatizar”.
Además, según su criterio y el de Tito Castro, entrenador de perros, de esta manera también el perro se distrae, aprende a jugar, a perder y a no tener temor de encontrarse con otros pares en la calle o, por ejemplo, en sitios de recreación.
Generalmente las clases empiezan a las 08:00 y duran hasta el mediodía. Pero estas pueden variar de acuerdo con los requerimientos de los propietarios. Aunque principalmente, luego de la sociabilización se destacan clases de entrenamiento, adiestramiento y juegos.
Este negocio se instauró en el país hace aproximadamente 16 años y hasta este año el servicio de guardería se ha incrementado. La primera, en 1998, se abrió en Puembo como Lord Guau (Señor Guau, en inglés). Al inicio fue una hostería para encargar canes cuando los propietarios salían de viaje.
Pero el negocio avanzó. Ahora hay al menos 10 guarderías en Quito y cada una alberga entre 30 y 50 perros para los talleres. “Nosotros nos ocupamos de ellos el tiempo que los dueños no lo pueden hacer”, expresa Gabriel Carrión, dueño de Lord Guau.
Para él, el tiempo que se dedique a un perro y las actividades que se realiza con este son importantes. Los perros en las guarderías pueden corregir su comportamiento, pasear al aire libre en ocasiones programadas y tener caminatas.
Hace 16 años no era muy común ver canes en guarderías. Carrión asegura que se ha marcado una tendencia porque el mismo propietario le da un lugar a la mascota que antes no tenía dentro del hogar.
Es decir, ahora es un hijo más. Tiene su propia comida, que antes se basaba en alimentos preparados en el hogar. Tiene su propio doctor, recibe chequeos veterinarios, peluquería, profilaxis y hasta tiene accesorios de aseo personal y para mantenerse cómodo en casa.
“Ya no es una mascota”, dice Diego Cabrera, entrenador de perros y propietario de Mascota Moda. Ahora -continúa- la forma en que se ve al perro es distinta, es un miembro de la familia, que necesita más que solo mimos, también requiere cuidados, entrenamiento.
Los perros van felices a las guarderías, tanto que incluso pueden ocurrir confusiones. Mateo, un perro que ahora tiene casi 13 años, va a la guardería desde hace 10.
Cuando tenía como 8 años -recuerda Carrión- confundió el pito del bus de transporte de la guardería con el de un camión de frutas. “Ya sabía la hora en que íbamos a recogerlo, salió corriendo porque la diferencia fue de pocos minutos y se lanzó al camión, en medio de las frutas”, recuerda.
Cuando los perros llegan los colocan en caniles, una especie de jaulas con un lugar para descansar y donde tienen sus platos de comida. Cada uno lleva su ‘lunch’ si lo prefiere y se queda allí hasta que empiecen las clases, que siempre son sobre césped y sin techos.
Los costos oscilan entre los USD 120 y 160 por mes. Depende también del tiempo que permanezca allí y de los cuidados que les den. Hay perros de todo tipo, pero en mayor cantidad están los schnauzer, beagle, golden, labradores, pastores…
Según el criterio de los entrenadores, se debe a que son los perros más comercializados en el país por su costo y por la vinculación que tienen con los niños y las personas de la tercera edad. La guardería se encarga de organizar grupos, todo depende del carácter del perro, de su raza, de su edad, que le ayuden a congeniar.
_En contexto Las guarderías para perros son un servicio que se ha incrementado en los últimos 16 años en el país. En Quito, 10 sitios ofrecen clases de entrenamiento, sociabilización y recreación para los canes con el fin de que desfoguen sus energías.
No olvide La salud del perro está relacionada con las actividades que realiza en casa y fuera de ella. Por eso es importante que tenga la oportunidad de liberar todo el estrés que le ocasiona estar dentro de un solo espacio todo el día.
Los expertos recomiendan que sea el propietario quien entrene al perro, pues afirman que esos valores se aprenden en casa. De hecho hay talleres para dueños, para que aprendan a adiestrar a sus mascotas.
El adiestramiento no solo puede hacerlo un entrenador. Sin embargo, sí consideran esencial que cuando hay problemas de comportamiento se ayude al perro llevándolo adonde un experto. Allí se analizan las causas y se dan posibles soluciones.