El dron reemplazará al repartidor de alimentos y de mercadería

El desarrollo de vehículos aéreos no tripulados es una tendencia prevista por Deloitte para el 2015. Foto: Robert MacPherson/ AFP

El desarrollo de vehículos aéreos no tripulados es una tendencia prevista por Deloitte para el 2015. Foto: Robert MacPherson/ AFP

El desarrollo de vehículos aéreos no tripulados es una tendencia prevista por Deloitte para el 2015. Foto: Robert MacPherson/ AFP

Mirar al cielo y observar flotillas de pequeñas naves no tripuladas, no es un escenario tan lejano. La entrega de comida, medicinas, accesorios o incluso el monitoreo de las ciudades podrá realizarse con el uso de drones.

Empresas como Amazon son un ejemplo de que los autos y motocicletas ya no serán indispensables para transportar objetos. Sus drones permitirán entregar pedidos de hasta cinco libras.

Según Raúl Gómez, gerente propietario de Hobby Store en Quito, tienda donde se ensamblan drones, esta es una forma de aliviar el tráfico de las grandes ciudades. Y esa es una prioridad para los nuevos desarrolladores de tecnología.

En este ámbito Google también presentó su ‘Proyecto Wing’ para repartir objetos a través de drones. A través de su plataforma de YouTube, la empresa hizo una demostración de cómo funcionaría el servicio. Desde el aire, el vehículo aéreo lanza el paquete al destinatario sin acercarse demasiado a la tierra. 

Para Alejandro Avilés, miembro de Drones en Ecuador, este sistema capta la atención de los usuarios debido a la rapidez de entrega que promete, pero asegura que existen limitantes como el peso que debe cargar y la distancia. Los drones además abren un nuevo espacio de preocupación para las autoridades: la movilización aérea.

El objetivo de Amazon es que estos aparatos vuelen por encima de los 60,96 metros, que es donde termina la altura de los edificios, y por debajo de los 152 metros, para estar dentro del espacio aéreo no regulado para otros usos, a una velocidad de 80 kilómetros por hora.

Pero el mayor obstáculo para la implementación del servicio ha sido la prohibición inicial por parte de las autoridades aéreas de Estados Unidos de utilizar este sistema con fines comerciales y que estos vuelen sobre las zonas residenciales.

Sin embargo, recientemente Amazon recibió el permiso por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) para probar los cuadrúpteros en determinadas zonas del país. La autorización establece que los drones no deben volar por sobre los 121 metros de altura ni los 160 kilómetros por hora. La actividad está permitida solamente durante el día. El conductor del dispositivo no puede perder el contacto visual con el aparato y debe rendir un examen para obtener un certificado de manejo.

También deberán presentar un reporte mensual con el número de viajes realizados, el estado del software y hardware, las horas que trabaja cada piloto y si se perdió el contacto con el vehículo aéreo durante la actividad.

Para Amazon, esto es un limitante ya que el dron se maneja, en su mayor parte, de forma automática. Además, la medida restringe el perímetro de entregas. “Hemos pasado a diseños más avanzados que ya probamos en el extranjero”, afirmó Paul Misener, vicepresidente de política pública global de Amazon, en la audiencia de la subcomisión de aviación comercial, científica y tecnológica del Senado.

Es por esto que, de acuerdo con el diario The Guardian, la compañía estaría probando secretamente sus drones en Canadá, donde no hay esas limitaciones. Otros fabricantes de estos dispositivos en Estados Unidos han seguido esos pasos y han optado por hacer las pruebas de sus vehículos voladores en el extranjero.

Según Avilés, cada país tiene distintas reglas porque es “algo nuevo”, pero no considera que estas sean restrictivas. Gómez, por su parte, explica que en el Ecuador no hay una reglamentación en el uso de drones; una explicación es que en el país todavía no se los utiliza para servicios masivos. Los pocos existentes son para uso privado o están al servicio del Estado.

En la actualidad, su principal utilidad está en el levantamiento de datos topográficos, reconocimiento aéreo, monitoreo de seguridad y en caso de deslaves, como el que ocurrió en la vía Alóag-Santo Domingo.

Aunque el uso y la popularidad de los drones han aumentado en los últimos ocho años, para que estos puedan ser utilizados en servicio de mensajería o de entrega en el país es necesario un mayor desarrollo tecnológico, según Gómez.

Para él, su uso comercial “no será una realidad por lo menos en los próximos dos años”. Además, en ciudades como Quito, la topografía y la altura serían algunos de los obstáculos en la implementación del servicio ya que los equipos en estas condiciones necesitarían mayor cantidad de energía.

Avilés considera que en el país también se debería señalar zonas libres de drones como los sitios cercanos a los aeropuertos para que no interfieran con el trayecto de helicópteros o aviones, aunque estos vuelen a una altura superior.

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