El disjóquey guayaquileño Ticoin innova combinando frases populares con música. Foto: Gabriel Proaño / EL COMERCIO
Un álter ego que bien puede relacionarse con un héroe de lucha libre o con un personaje maligno de una fiesta popular andina. Tanto la música como la presencia en escena del DJ Ticoin, parecen apuntar al extrañamiento.
El disjóquey guayaquileño Carlos Cedeño, que se convierte en Ticoin aplastando botones puesto una máscara, fusiona música electrónica, rock y psicodelia en una propuesta difícil de etiquetar, a la que tampoco le interesa “encajar”.
“Los roqueros me ven como el gogotero que se encarga de que la fiesta no decaiga, pero para los seguidores de la música electrónica soy muy rayado”, comenta Cedeño, quien antes de incursionar en la electrónica tocó el bajo en bandas new metal y hardcore.
“Los seguidores de la música electrónica quieren bailar y se encuentran con un DJ que está haciendo algo más parecido al rock, que lo que pretende es transmitir sensaciones”.
La propuesta bebe también de géneros como la música industrial, “un rock con sonidos raros”, como si de repente irrumpieran en los temas sonidos de otra fiesta. A la energía que Ticoin le imprime a su espectáculo, con movimientos robóticos mientras gira perillas y raya platos, se suman las frases de voces célebres que se sobreponen a la música, y que remiten a la ecuatorianidad.
La frase del discurso del expresidente Jaime Roldós “Ecuador amazónico desde siempre y para siempre” surge en dos de los temas, en uno de ellos con el efecto de ‘scratch’ del rayado de discos. En otra de las canciones la que irrumpe es la voz de Fernando Artieda recitando pasajes del poema Pueblo, fantasma y clave de Jota Jota, sobre la muerte de Julio Jaramillo.
Las referencias son principalmente históricas, pero en un reciente concierto incorporó también voces de la cultura popular. Y mezcló la voz de la joven conocida como Mafia Chumi que en un video subido a las redes sociales popularizó en Guayaquil giros del habla del populoso sector de la Isla Trinitaria: “A lo diri diri”, “Esa e’ con lo muchacho” o “Sonríe que va pal Facebook”.