Viviana Cordero (de azul) realiza ensayos de actuación con María Teresa Guerrero y Joaquín Wappenstein. Foto: Paúl Rivas/EL COMERCIO
Cada vez que Joaquín Wappenstein se recupera de una convulsión suele repetir “solo es una más”, en relación a los repetidos ataques epilépticos provocados por un tumor cerebral.
Esa frase, que Wappenstein repite casi como un mantra, le puso título a la nueva película de Viviana Cordero, que se encuentra en plena etapa de producción.
‘Solo es una más’, sigue la historia de Mateo (Joaquín Wappenstein) al que le gusta el fútbol, el cine clásico y el café pero que debe convivir con sus constantes ataques epilépticos. Su vida cambia radicalmente cuando conoce a Natalia (María Teresa Guerrero), una joven alegre y despreocupada que está atravesando por una ruptura amorosa.
La idea nació hace cuatro años cuando conoció a Joaquín, que resultó ser el hijo de un amigo de colegio de Cordero. Tras ese encuentro y la visión sobre la vida que tiene Joaquín, la directora ecuatoriana se dio cuenta que estaba frente a una “historia maravillosa” y que quería transformarla en una película.
Invitó aWappenstein a que se uniera a ella para escribir el guión. Desde entonces han compartido innumerables charlas, en las que la directora se ha ido adentrando en el entorno personal y familiar de este joven nacido en Buenos Aires y radicado en el Ecuador desde los 7 años.
Dos años antes de que el fallecimiento de su madre desencadenara las primeras convulsiones. Aunque la epilepsia le ha impuesto varios retos y algunas privaciones, Wappenstein presiente que en el cine ha encontrado “un camino a seguir”.
Esa estrecha colaboración finalmente se materializó en un guión, a partir del cual se inició la búsqueda de actores. El proyecto cuenta con la colaboración de Pedro Saad, Monserrat Astudillo, María Teresa Guerrero, quien vuelve al país exclusivamente para filmar esta película. Nicolle Herdoíza, una niña con síndrome de Down también figura en el elenco en el papel de Martina, una gran amiga de Mateo.
Para Cordero es un desafío llevar al cine una historia real en la que la enfermedad es el hilo conductor. La cinta, dice la directora, busca replantearse la idea de la normalidad.
La cinta se filmará a partir del 22 de noviembre, pues la historia se desarrolla en la época de Navidad y la directora quiere aprovechar el ambiente festivo de la ciudad.