En esta época se genera mayor cantidad de basura. Organizaciones ambientales tienen iniciativas. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
Desde hace dos meses, María Gallardo recorre tres veces por semana los barrios de La Vicentina y San Pablo, en el centro-norte de Quito. Ella abre las fundas de basura que se colocan en las aceras con la finalidad de encontrar plástico y cartón para venderlos.
Esta no es una actividad permanente. Trabaja como empleada doméstica, pero con la recolección tiene ingresos extras para Navidad.
Al igual que María, alrededor de 2 000 personas trabajan informalmente y por temporadas como recicladores de base, según Verónica Arias, secretaria de Ambiente de Quito. A este grupo se unen unos 200 recicladores registrados y asociaciones que realizan permanentemente esta actividad.
Arias explica que el trabajo de estas personas es fundamental en meses como diciembre, en el cual se incrementa la cantidad de residuos que la gente no clasifica en sus hogares. Comenta que los ciudadanos todavía no desarrollan una cultura de consumo sostenible. Para cambiar esta realidad, la Secretaría desarrolló la plataforma web y la ‘app’ para teléfonos inteligentes Quito a reciclar, la cual permite identificar los 455 puntos para depositar materiales como plástico, baterías, papel, etc.
Al igual que en Quito, la generación de basura en las fiestas decembrinas es una situación caótica a escala global. De acuerdo con un reciente informe publicado por la revista Waste Management World, se estima que las familias que celebran la Navidad generan hasta un 30% más de basura en esta temporada. Una gran parte de estos desechos se produce por plástico, cartón y papel de regalo.
En sus recorridos por las calles de Quito, María justamente mira que en estos meses hay mayor presencia de estos paquetes, los cuales se desechan en la basura sin clasificar. Al respecto, Arias comenta que una de las prácticas que se pueden hacer en casa es separar el cartón y el plástico de la basura común para que los recicladores de base puedan acceder fácilmente a este material.
Para promover esta práctica, al momento la Secretaría de Ambiente trabaja en un proyecto con Corporación La Favorita: en los supermercados se entregan fundas de tres colores (verde, orgánicos; azul, reciclables; negro, basura) para que la gente adquiera el hábito de clasificar sus desperdicios.
La Secretaria subraya que los escombros, electrodomésticos, muebles, llantas y césped no pueden colocarse en los contenedores grises, sino que deben entregarse en los Domingos de Tereques, que se realizan en los centros de operaciones La Occidental y La Forestal, a cargo de Emaseo, de 08:00 a 16:00.
Otra iniciativa que está activada en la ciudad es ReciVeci, una aplicación para teléfonos inteligentes que permite ubicar a recicladores de la urbe. Además, la ‘app’ pone en contacto al usuario con estas personas para concretar la entrega del material.
Claudia Andrade, coordinadora de ReciVeci, comenta que en diciembre se genera mucha más basura de lo habitual, no se recicla y se mezclan todos los desechos. “Si existiera la conciencia de separar los residuos, los recicladores podrían recuperar de manera segura y eficiente material que les cuesta conseguir todo el año en un solo mes”, expresa.