Bomberos, policías y operadores de la central se convirtieron en tutores de piscinas con pelotas, saltarines inflables y rondas. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
El helipuerto del parque Itchimbía, en el centro de Quito, se convirtió en zona de juegos para los niños que llegaron desde comunidades afectadas por la actividad del volcán Cotopaxi, este 31 de mayo del 2017.
Bomberos, policías y operadores de la central se convirtieron en tutores de piscinas con pelotas, saltarines inflables y rondas. Por el Día del Niño, los pequeños tuvieron un encuentro emotivo con los responsables del servicio de seguridad.
Las imágenes del agasajo
Los pequeños hacen fila para entrar al saltarín inflable instalado por el Cuerpo de Bomberos. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Efectivos de la Policía Metropolitana pintan las caras de los infantes. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Los niños observan el trabajo de monitoreo por parte de un operador del ECU 911. Foto: Cortesía ECU 911
Los pequeños atienden al show de Paquito el Policía, el pintoresco títere de la Policía Nacional. Foto: Cortesía ECU 911
Un grupo de niños juega con una piscina de pelotas en el helipuerto del ECU 911. Foto: Vicentes Costales / EL COMERCIO
Un operador del ECU 911 entrega un paquete con regalos a una niña que fue agasajada. Foto: Cortesía ECU 911
Un grupo de infantes atiende al show de títeres. Foto: Cortesía ECU 911
Los niños llegaron desde lejos para recibir el agasajo. Ellos son estudiantes de dos instituciones educativas rurales en las faldas del volcán Cotopaxi: las escuelas Ana María Velasco de Donoso de Pedregal, de Mejía, y Juan Amador, de Tambillo.
John, de diez años, conversó con EL COMERCIO. Con inocencia y emoción muestra su nuevo juguete, un carro de policía. Dice que su actividad favorita es el fútbol y que juega de delantero junto a sus amigos del colegio y del barrio.
Algunos de los niños se mostraban tímidos frente a la cámara, pero John pareció no tener mayores problemas para desenvolverse. Su parte favorita del recorrido fue el centro de monitoreo, donde pudo ver la transmisión en vivo de las cámaras de seguridad a lo largo del país.
“Gracias por cuidarnos”, rezaba en el dibujo que dejó un pequeño sobre el escritorio de Daniel Méndez, evaluador de llamadas de emergencia del ECU 911. Él es el encargado de direccionar las llamadas de emergencias al Cuerpo de Bomberos, Cruz Roja, Policía Nacional, Policía Metropolitana, según la naturaleza del evento. “Me sentí tan halagado, es algo sumamente valioso”, decía, mientras tocaba la hoja marcada con lápices de colores.
Daniel Méndez guarda en su escritorio un dibujo entregado por uno de los niños que recibió el agasajo. Foto: Cortesía ECU 911
Los niños ven su trabajo como si fuera una suerte de superhéroe. A cambio de los dibujos y abrazos de los infantes, los operadores les entregaron un paquete: un auto de juguete, un rompecabezas, lápices de colores, entre otros.
Durante el encuentro por el Día del Niño (1 de junio), los niños recorrieron las instalaciones de la central ECU 911 en Quito y aprendieron sobre el servicio y funcionamiento del sistema. Pasearon por la sala de monitoreo y quedaron sorprendidos con el mural de pantallas, en las cuales se registran imágenes de cámaras de vigilancia.
Andrés Sandoval, director general del ECU 911, asegura que con estas visitas “los niños tienen un mayor impacto en su casa sobre cosas tan básicas como el buen uso del 911; son conscientes de que con el número de emergencias no se juega y que a la Policía hay que tenerle respeto”.
El funcionario agrega que el trabajo de concienciación con niños es importante para el funcionamiento del sistema de atención de emergencias. “Cuando nació el ECU 911 en el país, nueve de cada diez llamadas eran falsas o malintencionadas”.
“Una de las medidas que nos ayudó a reducir ese porcentaje fue trabajar con los niños”, agrega Sandoval y en el helipuerto los niños juegan y ríen sobre un saltarín, mientras otros se pintan las caras, escuchan los consejos de Paquito, el títere de la Policía Nacional, y abren regalos.