Los desechos eléctricos, un problema que crece

Las pilas y baterías también se deben depositar en los contenedores especiales. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Las pilas y baterías también se deben depositar en los contenedores especiales. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Las pilas y baterías también se deben depositar en los contenedores especiales. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Comprar un celular nuevo y deshacerse del antiguo representa un problema para el ambiente si no se lo hace de la forma adecuada. Teléfonos viejos, calculadoras, computadoras en desuso y otros desechos eléctricos y electrónicos se acumulan en los rellenos sanitarios del planeta. La falta de reciclaje y reutilización de estos artículos está provocando que este tipo de basura continúe en aumento.

Un informe de la Plataforma para Acelerar la Economía Circular (PACE) y la Coalición de Residuos Electrónicos de las Naciones Unidas revela que la producción mundial de desechos electrónicos actualmente alcanza las 50 millones de toneladas por año. Esto es equivalente al peso de todos los aviones comerciales fabricados hasta el momento.

Desde el año 2014, el volumen de estos desperdicios ha aumentado en aproximadamente un 14%. Si la tendencia continúa, se estima que hasta el 2050 alcanzarán los 120 millones de toneladas. El mayor problema es que solo el 20% de estos artículos se recicla formalmente y el otro 80% termina en vertederos, botaderos, incineradoras o permanecen almacenados en los hogares.

Pietro Graziani, experto ambiental internacional de la Cooperación Italiana, explica que los materiales tóxicos que contienen los residuos electrónicos (más conocidos como ‘e-waste’) se liberan a la atmósfera, el agua y el suelo, causando daños irreversibles en el ambiente. Algunos dispositivos contienen sustancias altamente tóxicas e incluso cancerígenas, conocidas como contaminantes orgánicos persistentes (COP), que pueden dispersarse a través de grandes distancias por el viento o las corrientes oceánicas.

Según el informe de la ONU, además de los impactos en el ambiente, el manejo inadecuado de los desechos electrónicos genera una pérdida de materias primas como el oro, el platino y el cobalto. “Hasta un 7% del oro mundial puede estar presente en desechos electrónicos”, muestra el estudio. Hay 100 veces más oro en una tonelada de desechos electrónicos que en una tonelada de mineral de oro.

Graziani explica que en América Latina, los países producen e importan estos desechos, formando un flujo en el interior de esta zona, que principalmente ocurre de manera ilegal. El problema del reciclaje informal, sobre todo en países en desarrollo, es que se expone a los trabajadores a sustancias como el mercurio, el plomo y el cadmio.

En esta región se generaron 4,8 millones de toneladas métricas de este tipo de desechos en el 2014. Los mayores productores fueron: Brasil, México y Argentina. Un tercio de los países de América Latina y el Caribe han establecido instrumentos normativos relacionados con los residuos electrónicos. Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica y Perú son los líderes regionales.

En Ecuador, el Ministerio del Ambiente, a través del Programa Nacional sobre la Gestión Integral de los Desechos Sólidos, está trabajando en normas técnicas bajo el principio de responsabilidad extendida del productor (REP).

Graziani considera que es “fundamental” dar una correcta gestión a estos materiales a través de una política que fomente la economía circular a diferentes niveles. En este contexto, la Unión Europea en Ecuador llevará a cabo eventos en los próximos meses para poder socializar y difundir la importancia de crear una estrategia nacional sobre la economía circular, que incluya la gestión integral de los residuos eléctricos y electrónicos.

En Quito se está llevando a cabo un programa para promover el reciclaje de estos materiales. La Secretaría de Ambiente mantiene contenedores rojos en distintos puntos de la ciudad que son exclusivamente para residuos domésticos especiales, entre los que se incluye a los eléctricos y electrónicos pequeños.

Jorge Sempértegui, gerente general de la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs EP), cuenta que lo recolectado en estos contenedores es transportado hasta un espacio especial ubicado en el relleno sanitario de El Inga. Estos están alejados de los desechos comunes para evitar que se contaminen. Los artículos recuperados después son enviados a gestores especiales para su disposición final.

En el último año se contabilizaron 18 toneladas de residuos especiales; de esta cifra, un 10% correspondió a electrónicos. En mayo se tiene previsto iniciar un proceso para generar una línea de aprovechamiento y vender las partes de los electrónicos pequeños. Sempértegui explica que los desechos que no son separados en el hogar terminan en el relleno sanitario.

Reciclaje
Los desechos eléctricos y electrónicos deben depositarse en los contenedores rojos que se encuentran en varios puntos de la ciudad. Así se evita que se mezclen con la basura común. Para conocer la ubicación de estos, puede ingresar a la página web de la Secretaría del Ambiente. También se puede descargar la aplicación Quito a Reciclar.

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