Fernando Larenas
Editor General
El futuro de la humanidad se aprecia inquietante. El desmesurado crecimiento demográfico presenta incógnitas frente a las necesidades más apremiantes de la población, principalmente por la escasez de alimentos y de agua, lo cual lleva irremediablemente a pensar en la energía.
Durante varias décadas se discute insistentemente sobre el calentamiento de la tierra. El Ecuador no ha estado alejado de ese debate e iniciativas como la del Yasuní-ITT han generado grandes expectativas a escala mundial.
El especial por los 107 años de Diario EL COMERCIO muestra algunas interesantes iniciativas ciudadanas destinadas a la prevención. Guardianes del agua, de los páramos, de las semillas, de las abejas. En la naturaleza está la mejor garantía de subsistencia.
Toda alternativa para mejorar la calidad de vida de las especies casi siempre tiene sus complicaciones. Las centrales hidroeléctricas, por ejemplo, inundan zonas donde hay vida animal, comunidades y bosques; las enormes torres para generar energía eólica ponen en peligro a algunas especies vivas; y la energía nuclear, si no se la maneja con criterio y responsabilidad puede convertirse en una poderosa bomba de destrucción.
En el Ecuador tenemos experiencias, como por ejemplo el reciclaje de botellas de plástico y propuestas para generar energía limpia, como los sistemas eólicos de Galápagos y Villonaco en Loja.
Hay otras alternativas como la energía atómica, pero es una solución que requiere de una fuerte inversión. Pese a que esa energía quedó menguada tras el tsunami que destruyó la central de Fukushima, a favor cuenta el hecho de ser una de las que emite menos dióxido de carbono.