Los deportes adaptados benefician a la salud y promueven la inclusión

Milton Arroba (derecha) practica rugby paralímpico tres veces por semana en el norte del Distrito Metropolitano, luego de cumplir su jornada laboral. Foto: María Isabel Valarezo/ ELCOMERCIO

Milton Arroba (derecha) practica rugby paralímpico tres veces por semana en el norte del Distrito Metropolitano, luego de cumplir su jornada laboral. Foto: María Isabel Valarezo/ ELCOMERCIO

Milton Arroba (derecha) practica rugby paralímpico tres veces por semana en el norte del Distrito Metropolitano, luego de cumplir su jornada laboral. Foto: María Isabel Valarezo/ ELCOMERCIO

El dicho popular que habla sobre la universalidad del deporte parece haber cobrado mayor notoriedad en los últimos años. ¿La razón? Las actividades físicas ya no están orientadas exclusivamente al segmento mayoritario de la población, sino también a los grupos considerados vulnerables.

Entre ellos, las personas con algún tipo de discapacidad: física, visual o intelectual. Una prueba irrefutable de aquello fue la participación de más de 1 000 atletas en la carrera Quito-Últimas Noticias 15K, en su variante inclusiva y solidaria.

Además del atletismo, otros deportes como el basquetbol, tenis, fútbol y ciclismo se popularizan entre las personas con discapacidad.

Jeanina Tianga, de 25 años, quien no tiene movilidad en sus extremidades inferiores, participó el domingo pasado (8 de junio de 2014) en la competencia atlética inclusiva y también realiza actividades físicas, tres veces por semana. Lo hace junto a otras 20 personas que tienen condiciones similares a la suya.

Tianga, moradora de la Lucha de los Pobres, dice sin temor a equivocarse que el deporte cambió su vida para bien.

“Un amigo me invitó a entrenar y desde el primer día me gustó”, dijo, mientras ajustaba sus pies a una silla de ruedas especialmente adaptada para la práctica deportiva.

Uno de sus compañeros más entusiastas es Milton Arroba.
Hace 9 años, la vida de Milton dio un giro inesperado. Debido a un accidente, él perdió la movilidad en sus extremidades inferiores. Hasta antes de ese lamentable hecho, Milton practicaba fútbol y basquetbol con regularidad.

Al dejar de hacerlo, subió de peso y empezó a tener dolores en la espalda. Fue entonces que decidió retomar las actividades físicas, pero esta vez en una silla de ruedas. Actualmente entrena rugby paralímpico en el norte del Distrito Metropolitano.

Asegura que desde que practica este deporte, hace ya 5 meses, su movilidad ha mejorado y tiene más entusiasmo. “Es excelente para la salud, ya que al estar quieto en un solo sitio se atrofia el cuerpo y luego vienen las complicaciones”.

Eugenio Peñaherrera, médico y director ejecutivo del Consejo Nacional de Igualdad de Discapacidades (Conadis), asegura que las personas con discapacidad que practican deporte tienen dos beneficios.

El primero, comentó, tiene que ver con el ámbito físico, ya que favorece y mejora el funcionamiento de los sistemas cardiorrespiratorio y músculo-esquelético. “Las personas con discapacidad tienen un ritmo de vida más tranquilo y el deporte abre una posibilidad directa de contacto entre el organismo y el medioambiente”.

Mientras que el segundo beneficio, a decir de Peñaherrera, está más ligado a la superación personal de los atletas. Su argumento es que al incursionar en el deporte, se plantean una meta por la cual es necesario hacer un esfuerzo superlativo.

Édison Nenger, entrenador de personas con discapacidad, contó que los deportes adaptados o paralímpicos contribuyen a la formación integral de los atletas, ya que suponen una preparación física, psicológica e intelectual, sin importar las barreras que se presenten.

Alguien que sabe mucho de no rendirse ante la adversidad es Ángel Gualpa, oriundo de Pastaza. A lo largo de sus 24 años, él se ha adaptado a una vida sin luces, ya que nació con discapacidad visual.

Eso no fue impedimento para que, gracias al indorfútbol, se relacione con otras personas no videntes y viaje a diferentes provincias para participar en torneos inclusivos. Generalmente, entrena los fines de semana, porque de lunes a viernes labora en una emisora comunitaria de su provincia y cursa sus clases de bachillerato. “Busco motivar a mis hermanos -que también son no videntes- para que sigan sus sueños, en el deporte o en cualquier ámbito”.

La mayoría de actividades y entrenamientos se coordinan en los clubes que pertenecen a las tres federaciones deportivas para personas con discapacidad: Intelectual, Visual y Física. El ente encargado de fomentar el deporte inclusivo es el Comité Paralímpico Ecuatoriano, creado en el 2012.

Justamente, ayer (9 de junio de 2014) se firmó un acuerdo de implementación deportiva para personas con discapacidad, entre el Ministerio del Deporte y la Secretaría Técnica de Discapacidades.

El titular de la Secretaría, Álex Camacho, dijo que el convenio contempló la entrega de USD 462 288 a las tres federaciones deportivas para personas con discapacidad que integran el Comité Paralímpico.

“La inclusión no es solo poner rampas en los escenarios, implica contar con todas las herramientas necesarias para la práctica deportiva y eso es lo que nos hemos propuesto con la firma de este importante convenio”, finalizó.