La demanda de aspirantes para octavo de básica obligó a 60 escuelas de Pichincha a abrir la secundaria, desde el 2009. Pero este año, todavía hay centros que carecen de maestros y de pupitres.
La Escuela 10 de Agosto es uno de estos casos. Hasta ayer, Iván Tobar, director, no tenía claro qué profesores impartirán las materias complementarias de dibujo, computación, cultura física y estética. El año pasado, que se inauguró octavo nivel, el establecimiento contó con cinco maestros que cubrían la demanda.
Pero este año, los alumnos que pasaron a noveno estaban sin maestros. Tobar se organizó con los maestros que dispone y distribuyó tres paralelos en dos aulas.
Para el período lectivo 2010-2011 en el régimen Sierra Amazonía, además de esperar a los profesores existe un segundo limitante: los pupitres son muy pequeños, pues están diseñados para que los usen los estudiantes de primero a séptimo de básica. Hasta ayer no llegaron los asientos más grandes.
Estas 60 escuelas que ofrecen hasta décimo año, ahora se denominan Centros de Educación Básica. Este año se convirtieron en la solución para los estudiantes que no obtuvieron un cupo para octavo en los establecimientos emblemáticos de Quito.
Por ejemplo, la Escuela Sixto Durán Ballén, del sector Cotocollao, norte de Quito, y la Escuela Celiano Monge, del Beaterio, en el sur, ofrecieron 200 cupos cada una para cubrir esta demanda.
En otros centros, que el año pasado ya abrieron octavo de básica, en cambio, aumentaron el número de paralelos. El Centro Educativo Marquesa de Solanda, de Chillogallo, en el sur de la capital, tenía 160 plazas disponibles para ese nivel, el año pasado. Pero para el actual, el plantel dio cabida a 240 estudiantes, para lo cual abrió dos paralelos más.
Al no contar con la infraestructura, su director Luis Lovato pidió a la escuela vecina 23 de Mayo que prestara 10 aulas para que la secundaria funcionara en la tarde. Las aulas de esta escuela también tienen pupitres para infantes.
Pese a las restricciones, el director, desde hace 15 años, se muestra contento con la ampliación. El año pasado la Dirección Nacional de Servicios Educativos (Dinse) construyó seis aulas para el octavo de básica y están a la espera de que este organismo edifique la segunda etapa, donde funcionará hasta décimo.
La gestión y el esfuerzo de los padres también ayudaron a mejorar las condiciones de este centro educativo. En este plantel, en cambio, los cinco profesores que se necesitaba para el noveno de básica llegaron ayer.
El Centro Educativo San Gabriel, en Solanda (sur de Quito), también amplió su cobertura. Si bien ya ofrecía hasta décimo nivel de básica desde hace 15 años, el año pasado abrió octavo año en la tarde con 100 alumnos más. En ese horario, según su directora, Norma Salinas, hacen falta autoridades, conserjes, baterías sanitarias y aulas.
La directora provincial de Educación de Pichincha, Norma Alvear, explicó que desde esta semana llegarán los profesores que se requieren para las clases. Sin embargo, no especificó el número.
Durante los primeros días del año lectivo, Alvear dijo que se evaluará la verdadera demanda de maestros que existe y de esta manera evitar un desperdicio de recursos. Esto lo dice por que el año pasado se envió a cinco maestros a cada plantel, pero uno de ellos solo tenía 12 alumnos. Las escuelas fiscales tienen en cada aula un promedio de 40 alumnos.
El Idrobo estará listo en el 2011
El colegio réplica María Angélica Idrobo estará listo el próximo año, en el sector El Condado, en el norte de Quito.
La primera fase de este centro incluye ocho aulas exagonales, cuatro laboratorios, una batería sanitaria y el cerramiento. La construcción está lista y pintada.
La segunda etapa se completó en un 60% de su construcción. Tendrá 60 aulas exagonales, un bloque de hormigón armado de seis laboratorios con rampas para personas con discapacidad.
Además, se incluirá un bloque administrativo. El valor de la obra, hasta la segunda fase, está calculado en USD 8, 2 millones. Se estima que la obra se estrenará con el año lectivo 2011-2012.
La construcción de este colegio es parte del proyecto de La Dirección Nacional de Servicios Educativos (Dinse) de levantar cinco planteles réplica.
Los otros cuatro centros estarán en Guayaquil. El Colegio Nuevo Vicente Rocafuerte tendrá una inversión de USD 1,5 millones y, hasta el 31 de agosto pasado, registró un avance físico del 56%.
Al jardín y escuela Vicente Rocafuerte se le asignó un terreno de 3259 m² de superficie. Su valor estimado de construcción es de USD 2,3 millones. Los trabajos de el Nuevo Colegio Guayaquil arrancaron el 28 de enero pasado y tiene un plazo de 365 días. Mientras que el Aguirre Abad no comienza a construirse.