23 de las 24 especies evaluadas hasta el momento están consideradas
en estado de peligro crítico
La especie Porroglossum raoi fue descrita en el 2017. A solo dos años de la publicación, esta orquídea y su hábitat ya han desaparecido. La minería, la expansión de la frontera agrícola y la deforestación son algunas de las amenazas que están llevando a las orquídeas hacia un momento crítico en su conservación.
La situación de esta planta es parte de los resultados que se han podido evidenciar en la construcción de la primera Lista Roja de orquídeas en el Ecuador, que se realiza bajo los lineamientos de la Unión Nacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Luis Baquero, investigador de la Universidad de las Américas (UDLA) y especialista en orquídeas del Jardín Botánico de Quito, explica que, junto con otros seis investigadores, empezaron a trabajar en esta lista roja desde hace dos años. Este instrumento es necesario, ya que es utilizado por fundaciones y organismos internacionales como una referencia para invertir en proyectos de conservación. También permite que las autoridades puedan promover acciones o tomar medidas puntuales para evitar su extinción.
Para la primera etapa de este proceso, se evaluó a 127 de las 4 200 especies de orquídeas que se estima que hay en el país. De las elegidas, se escogieron 24 para realizar las fichas detalladas que exige la UICN para ser parte de la lista. Una fue catalogada como “vulnerable” y las demás como “en peligro crítico”. Baquero dice que se seleccionó a las que se consideraba que necesitaban una evaluación urgente.
La Porroglossum raoi es uno de los ejemplos más preocupantes. Esta planta fue incluida en la categoría “en peligro crítico” de la Lista Roja. Baquero cuenta que fue descubierta en el 2008. Hace dos años, cuando volvieron al lugar, solo encontraron un ejemplar en un árbol que había sido talado y, la última vez que fueron al sitio, ya no pudieron hallarla localmente.
Actualmente, los investigadores la están buscando en los alrededores de la zona, pero se cree que pudo haber desaparecido en la naturaleza debido a la destrucción de este bosque.
De acuerdo con la información recopilada para la construcción de esta lista, la modificación de los hábitats debido a las actividades mineras es el factor que más está influyendo e influirá en la conservación de estas especies. Las zonas en las que se desarrollan estas actividades coinciden con las áreas de mayor diversidad y endemismo de orquídeas, que están principalmente en el noroccidente y suroriente del país.
“Si la actividad minera no para, muchas de las especies endémicas desaparecerán en 20 años”, dice Baquero. En Ecuador se han contabilizado alrededor de 1 700 especies endémicas. Es decir, el 41% del total de especies que se registran en territorio nacional, solo se las puede encontrar en este espacio. Si estas plantas desaparecen en el país, no se las podrá hallar en ningún otro sitio del planeta.
La cordillera del Cóndor, cordillera del Cutucú, la cordillera del Toisán y la zona del cerro Golondrinas, en Carchi, son zonas conocidas por su diversidad de orquídeas. En estas, según el investigador, existen más especies de estas plantas por área, que en cualquier otro sitio del mundo. Pero, al mismo tiempo, sufren los efectos de las actividades mineras.
Marco Jiménez, ingeniero en gestión ambiental e investigador de orquídeas en Zamora Chinchipe, coincide en que su zona es vulnerable a la minería, especialmente a la que se desarrolla de forma ilegal en la zona del alto Nangaritza.
En el estudio La Amazonía Saqueada, realizado por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (Raisg), se identificó que la presencia de minería ilegal en el país está sobre todo en las provincias de Morona Santiago y Zamora Chinchipe.
El Alto Nangaritza también ha sido identificado por los organismos de control locales como una zona rica en minerales, que está siendo explotada de forma ilegal y antitécnica.
En esta área se descubrió a la especie Pleurothallis nangaritzae, la cual fue incluida en esta primera etapa de la Lista Roja. Jiménez cuenta que fue descrita en el año 2016. Cuando la descubrieron, hallaron alrededor de 20 plantas en el sitio, pero en su última expedición solo encontraron cuatro. Ahora esta especie está considerada como “en peligro crítico”.
A la minería y la deforestación se suman otras amenazas como la expansión de la frontera agrícola y el tráfico de especies de la flora nacional. Esto último ocurre sobre todo con las plantas que aún no han sido descritas o identificadas por la comunidad científica internacional.