En la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (Solca, de Quito) ya se sienten los efectos del déficit de USD 10 396 701que acarrea la institución de salud.
Los pacientes se lamentan pot que deben adquirir medicamentos afuera, debido a que en la casa de salud no existen. Así, Jorge Tapia, padre de uno de los enfermos, explica que aparte de la deuda que mantiene con el hospital (USD 10 000), afuera debe USD 2 000 por medicamentos. “El Estado debería solventar todos los gastos de Solca”, expresa.Tapia acudió al hospital oncológico porque a su hijo le detectaron un tumor en el cerebro. Hace ocho meses le operaron y ahora recibe tratamiento de quimioterapia. “Le han atendido muy bien”, anota.
Como Tapia, Claudia C. también está preocupada. La mujer de 35 años acude cada 21 días para realizarse quimioterapia. Tiene cáncer al seno y su medicamento cuesta cerca de USD 2 073. “Por la crisis y por el recorte de presupuesto, el hospital ya no me quiere dar el remedio”.
Afortunadamente, dice, llegó a un acuerdo con la casa de salud. Solca sigue dotándole de medicina, mientras el monto de la deuda de Claudia C. aumenta cada mes. Ahora debe USD 10 000. “Termino el tratamiento en septiembre. Aún me faltan seis ciclos”.
En la misma sala de Claudia C., Lorena Gordillo también se realiza quimioterapia. Padece cáncer de mama y hace tres meses acude a Solca. “Cada 21 días compró un medicamento que cuesta USD 250. Mi familia me ayuda”, aclara la joven que ya tiene una deuda acumulada de USD 1 400.
Pese a que los pacientes de Solca aseguran que ya sienten los efectos del déficit, Ramiro Hidalgo, director médico de la institución, enfatiza que aún no llegan a esa etapa en que el paciente adquiera todos los medicamentos afuera. “Nunca hemos quitado el tratamiento a un paciente por falta de dinero. El año pasado exoneramos USD 5 millones”.
El oncólogo señala otras consecuencias de la falta de dinero. Por ejemplo, indica que con la gratuidad la demanda de pacientes aumentó. Ya no se dan abasto por lo que remiten a pacientes al Hospital de Especialidades Eugenio Espejo. Además, ya no son atendidos los afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). “El problema es que a los dos meses el paciente vuelve para que lo atendamos”, afirma.
Otra de las carencias se refiere a las obras de infraestructura. Solca tenía planeado ampliar el Hospital de Quito, culminar la construcción del Hospital del Oriente y remodelar el Hospital de Riobamba. Además, se tenía previsto adquirir un acelerador lineal (dispositivo para radioterapia). “En radioterapia tenemos dos aceleradores lineales. Realizamos entre 400 y 500 estudios diarios y tenemos citas para tres, cuatro, seis semanas. En casos de cáncer no se puede esperar tanto”.
Los enfermos que acuden diariamente al hospital respaldan la tarea de Solca y solicitan que el Estado solucione los problemas.
“El personal es atento, ágil y profesional”, subraya Walter Bayas. Él ingresó con cáncer al colon.
Para atender a un enfermo con patologías oncológicas hay que tener vocación y mucho amor, señala Rocío Peralta, enfermera que labora 16 años en la institución. Es la encargada de suministrar quimioterapias. “El enfermo que recibe el tratamiento es muy especial. Llora mucho y se deprime con facilidad”. Por eso, Hidalgo aclara que el tratamiento que recibe un paciente con cáncer es multidisciplinario.
¿Qué dicen las autoridades respecto al déficit de la institución?
Solón Espinosa, presidente de Solca Quito, refiere que por disposición del presidente Rafael Correa, mantuvo una reunión con los ministros de Salud y Finanzas para analizar la situación. “Dijeron que iban a formar una comisión para que estudiara el problema de Solca”.