La Agrupación Cultural de Muisne se dedica a las décimas y difunde esta expresión en el cantón; es dirigida por Limberg Nazareno. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO.
La picardía y la sal que se ponen a las décimas caracterizan a los esmeraldeños. La clave está en cómo los decimeros de la provincia exponen sus argumentos para que sean agradables a los oyentes.
Las que tienen más picardía son aquellas que citan a los personajes mitológicos (Tunda, Riviel y Duende) y cuando se menciona a la gastronomía esmeraldeña, representada en el tradicional tapa’o de pescado.
Esmeraldas tiene buenos exponentes de las décimas. Uno de ellos es Nelson Estupiñán Bass, el escritor de la negritud, quien muestra su talento con la décima Timarán y Cuabú, y plasma su arte.
Pero también han surgido autores como Remberto Escobar, que logró componer décimas que han servido de inspiración para los nuevos exponentes de este género.
Escobar fue un marimbero y poeta popular que mostró su talento en agrupaciones culturales como Jolgorio Internacional, Tierra, Son y Tambor, y Tierra Caliente.
Uno de los más sobresalientes en los últimos 20 años ha sido Julio Micolta, que ha escrito decenas de décimas de lo que ha encontrado a su paso. El Tapa’o de Esmeraldas y Guirnaldas son parte de una lista de décimas escritas por el poeta.
Otros exponentes son Melciades Quintero, habitante de la parroquia Montalvo del cantón Rioverde, y Limberg Nazareno, del cantón Muisne.
Nazareno se destaca con la composición de una décima al cantón Muisne, en la que narra los hechos del terremoto del 2016 y da aliento a la población de la isla afectada.
Él aprendió leyendo décimas de escritores esmeraldeños y desarrolló su talento. Por eso se ha convertido en uno de los principales representantes de la cultura en Muisne. “Sé acompañar mi décima con la marimba y el bombo, instrumentos que entono para dar vida a cada cosa que digo, mientras cuento la historia del pueblo afro en versos”.
Diógenes Cuero, poeta afroesmeraldeño, tampoco se queda atrás. Quince décimas fueron incluidas en el nuevo libro de su autoría: ‘La Tunda está pariendo’, en el cual narra historias cotidianas de la gente de manera popular.
Entre las décimas están El Carnaval de Esmeraldas, A mi Negra me la cambiaron y La Guarapera, en las que el escritor profundiza, con jocosidad, cuando se refiere a los afros que viajaron a Europa y regresaron con nuevo acento, forma de hablar y vestir.
Cuero se considera un poeta formal, pero en esta ocasión quiso emular el ejemplo de buenos decimeros, como Estupiñán Bass, Escolástico Solís, Escobar y Micolta.
Cuero cuenta sus vivencias de donde nació, en el norte de la provincia; y allí está el mayor asentamiento afro de Esmeraldas. Esto le ha permitido tener argumentos para escribir poesías y décimas, que han sido expuestas en encuentros poéticos en Esmeraldas.
La cultura del esmeraldeño del campo le ha permitido escribir versos de contrapunto, como ocurre en la parroquia La Tola, norte de Esmeraldas, donde diestros toleños se explayan en el contrapunteo.
El escenario de esta práctica ha sido el mismo muelle de la zona, por donde se embarca para ir hasta La Tolita Pampa de Oro y demás comunidades.
Joanna Bennet, exdirectora de Cultura del Municipio de Esmeraldas, cree que se puede trabajar en una propuesta en la que se reconozca el talento de muchos poetas que están en las comunidades afros.
En la ciudad se han realizado presentaciones con decimeros, pero se necesita una mejor promoción. Por eso Bennet considera que es necesaria una propuesta que salga de la Casa de la Cultura, para que se fortalezca el trabajo de estos guardianes de la cultura afroesmeraldeña.