Un clásico se llena de rituales cotidianos

‘La Consagración de la Primavera’ se presenta en su versión más contemporánea

‘La Consagración de la Primavera’ se presenta en su versión más contemporánea

‘La Consagración de la Primavera’ se presenta en su versión más contemporánea. Foto: Archivo EL COMERCIO

La nueva versión de la ‘Consagración de la Primavera’, que presentará la Compañía Nacional de Danza del Ecuador, armoniza los grandes rituales de la humanidad con otros más cotidianos vinculados a los espacios del hogar.

Para este montaje Jorge Alcolea se propuso alejarse de la estructura tradicional de la obra original de Ígor Stravinski, en que la fertilidad y la tierra tienen un rol principal, para apostar por microrrelatos con una fuerte carga psicológica.

En la obra que se reestrenará mañana, a las 20:00, en el Teatro de la Casa de la Cultura, la idea de matar lo viejo para conectarse con lo nuevo aparece como una constante. “Para esta versión de la Consagración de la Primavera -dice Alcolea- quitamos esta idea de comunidad para mostrar los mundos individuales”.

La primavera colectiva propuesta por Stravinski se convierte, en esta obra, en una primavera personal donde cada personaje se va despojando de formas de pensar, de sentimientos y de emociones.

Este montaje, a diferencia del que la CNDE realizó en el 2006, tiene un elenco de bailarines con más libertad escénica y con nuevas visiones sobre el movimiento. La esencia tribal de esta obra se mantiene y se incorporan juegos de movimientos que tienen relación con ritos cotidianos como comer, ver la televisión o dormir, formas en que la gente se mueve y se apropia de sus espacios.

Alcolea sostiene que en la ‘Consagración de la Primavera’ hay sonoridades que tienen vínculos con el rock and roll y el jazz y que por eso se ha convertido en una obra, que desde su creación, ha enganchado al público más joven.

Para esta presentación, los 17 bailarines de la CNDE estarán acompañados de 75 músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional, como sucedió durante la inauguración del Teatro Benjamín Carrión, de Loja.

Una de las modificaciones en relación a esta presentación, que se realizó el 18 de noviembre del 2016, es la eliminación de los árboles de eucalipto en el escenario. “Me gustó ese elemento pero hubiera preferido árboles más oscuros que vayan acorde con la atmósfera de la obra”, dice Alcolea.

Los elementos que sí se mantendrán en escena son una cama, una lámpara, una televisión y una mesa llena de comida, pequeños artefactos que se desplazan por el proscenio y con los que interactúa el elenco de bailarines.

Con este montaje Alcolea busca romper con la tradición escénica que se ha mantenido en relación a esta obra. Su intención es armar su propio ritual de renovación a través de un cambio de roles heredado del ballet y de la danza contemporánea.

Una de las escenas más famosas de esta obra es la danza de la ‘mejor’ bailarina del elenco al final de la obra. Alcolea decidió que, para este montaje, el cierre esté a cargo de cuatro hombres. “Sé que hay personas conservadoras que verán la obra y que no les gustará, pero creo que una pieza está para armarla y desarmarla”.

El viernes 10 de febrero, a las 20:00, se realizará la segunda presentación. La entrada a estas funciones es de acceso gratuito hasta llenar el aforo.

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