Empleados del Jamban Café sirven una bebida de una letrina en Indonesia en este restaurante donde la presentación de los platos busca llamar la atención sobre una problemática social en el país. Foto: AFP.
El Jamban Café, un restaurante de la ciudad indonesia de Semarang, sirve la comida en platos en forma de letrinas, una insólita iniciativa para educar a sus clientes en materia de higiene.
El pequeño restaurante de esta ciudad de más de un millón de habitantes, situada en la costa norte de Java, abrió sus puertas en abril. Para los clientes que tienen algunos reparos ante una sopa con albóndigas servida en un plato-retrete, el Jamban (retrete en indonesio) pone a su disposición unas bolsas higiénicas para vomitar.
“Al principio sentí asco, pero al final comí una parte de la comida por curiosidad“, explica Mukodas, un hombre de 27 años ante una sopa servida en una taza de inodoro.
Otra clienta, Annisa Dhea, de 15 años, también sintió repulsión pero luego se tranquilizó cuando el propietario le explicó que la comida era “sana e higiénica“.
El Jamban Café en Indonesia busca que los clientes entiendan la importancia del uso de los inodoros. Foto: AFP.
Existen en el mundo otros restaurantes parecidos, como en Taiwán y Rusia, pero el Jamban Café se distingue de los demás porque intenta enseñar a sus clientes los beneficios de la higiene pública y la necesidad de utilizar los baños en este país del sudeste asiático.
El propietario, Budi Laksono, que había trabajado para las autoridades locales como especialista en sanidad, discute con sus clientes y muestra con su ordenador portátil videos para convencerlos del uso regular de los retretes.
Millones de indonesios viven bajo el umbral de pobreza en un archipiélago que tiene uno de los índices de defecación al aire libre más altos del mundo, una práctica que contribuye a la transmisión de enfermedades.
El Jamban Café sirve la comida en platos en forma de letrinas, una insólita iniciativa para educar a sus clientes en materia de higiene. Foto: AFP.
“Este café nos recuerda que numerosas personas en Indonesia siguen sin tener baños“, dice Laksono, de 52 años. El propietario reconoce sin embargo que su insólita iniciativa ha suscitado una gran polémica en el país musulmán más poblado del mundo. “Muchos detractores dicen que el café es inapropiado y contrario a la ley islámica”, se lamenta.