Un menor de cinco años sufrió parálisis cerebral epástica cuadripléjica tras haber mordido una pila como parte de un juego. Foto: Max Pixel.
Iker Fuentes era un niño de cinco años como cualquier otro. Estaba a una semana de ‘graduarse’ y empezar una nueva etapa en su vida estudiantil cuando, como parte de un juego, tomó una pila y la mordió. Ahora el pequeño sufre de parálisis cerebral epástica cuadripléjica y sus padres necesitan ayuda para costear su tratamiento.
Según informa el medio mexicano El Diario de Chihuahua, los hechos tuvieron lugar en Torreón, una ciudad perteneciente al estado de Coahuila. El menor terminó con parálisis como consecuencia de los metales contenidos en la batería que mordió que ingresaron a su cuerpo y lo intoxicaron, asegura el medio.
Fuentes ingresó al hospital caminando y en un inicio parecía que no había sufrido consecuencias por haber mordido la pila. Sin embargo, “su condición empeoró y con el paso de los días fue perdiendo su capacidad para caminar y moverse libremente”, asegura El Diario de Chihuahua.
Los médicos lo sometieron a una cirugía de alto riesgo que le provocó hidrocefalia. La Clínica Mayo explica que esta condición se genera por “la acumulación de líquido dentro de las cavidades (ventrículos) profundas del cerebro”.
Con el apoyo de terapias visuales, físicas y de lenguaje, los padres de Iker tienen fe en que su hijo se recupere. Sin embargo, no cuentan con los recursos para pagar los tratamientos. Por ello iniciaron una campaña para buscar personas que puedan contribuir a la recuperación del menor de edad.