Los baches y el reflejo de nuestra arquitectura

Edificio de la Vicepresidencia, en la calle Benalcázar, reflejado en un bache en el asfalto. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Como espejos en el piso, los charcos que se forman con la lluvia en plazas, aceras y calles reflejan pequeños fragmentos distorsionados de la realidad de la urbe.
Cúpulas de iglesias, fachadas de edificios o monumentos del Centro Histórico, como postales que se proyectan y que obligan a transeúntes a observarlas con esa calma típica que llega luego de la tormenta.
Es la magia que nos dejan las tardes de invierno. El fenómeno óptico ‘reflexión especular’ consiste en la proyección de la imagen de un objeto en superficies pulidas gracias a la luz proveniente del mismo objeto.