Cambió su vida adulta por papillas y mamelucos: Stanley Thornton es un bebé de 44 años.
Su caso se volvió viral en redes sociales, abriendo un fuerte debate sobre identidad, salud mental y libertad individual.
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Stanley Thornton es un bebé de 44 años
Stanley Thornton se identifica como “transedad“. Este hombre vive como un bebé, usa pañal, viste mameluco y se alimenta solo de papillas.
El estadounidense de 44 años captó la atención del mundo al declarar públicamente que se identifica como un infante.
Más del tema: Los bebés son capaces de razonar mucho antes de empezar a hablar
Su día a día transcurre como el de un bebé: duerme en una cuna y viste ropa para su nueva edad. Según dijo, eso le permite reconectarse con una etapa en la que se sentía protegido. Define su rutina como un “abrazo materno” constante.
¿Trauma o elección de vida?
La historia generó una avalancha de comentarios, desde la empatía hasta la burla. Algunos psicólogos sostienen que esta conducta podría vincularse con la terapia de regresión de edad, una técnica usada en contextos clínicos para ayudar a quienes experimentan ansiedad severa o traumas infantiles.
Esa terapia consiste en recrear estados infantiles para generar una sensación de seguridad emocional.
El bebé de 45 años genera debate en redes
En redes sociales, miles de usuarios opinan sobre el caso. Mientras unos defienden su derecho a vivir como desee, otros critican lo que consideran una evasión de responsabilidades adultas.
El término “transedad” también enciende la controversia: ¿hasta qué punto puede la identidad autoasignada romper las normas sociales sin consecuencias?
Thornton no es el único caso, pero sí uno de los más mediáticos.
¿Quiénes son las personas transedad?
La transedad es un término polémico y no reconocido oficialmente por la ciencia médica ni por instituciones psiquiátricas, que se refiere a personas adultas que dicen identificarse con una edad diferente a la que tienen cronológicamente.
Este concepto ha generado debates éticos, sociales y psicológicos, especialmente cuando algunos individuos afirman sentirse como niños o adolescentes, pese a tener décadas más.
El caso más conocido es el de Paul Wolscht, un canadiense de 52 años que afirma sentirse como una niña de seis años y vive con una familia adoptiva que lo acepta bajo esa identidad.
Wolscht cambió su nombre a Stefonknee y su historia fue difundida ampliamente en medios internacionales, generando tanto muestras de apoyo como duras críticas.
¿Expresión genuina?
Los defensores de esta identidad aseguran que se trata de una expresión genuina del yo interno, similar al reconocimiento de las identidades de género. Sin embargo, expertos en psicología y psiquiatría han advertido que la transedad podría confundirse con trastornos disociativos o con intentos de escapar de responsabilidades propias de la adultez.
A diferencia de la identidad de género, que tiene un respaldo médico y legal en varios países, la transedad no cuenta con sustento científico ni reconocimiento jurídico. Por ello, muchas voces alertan sobre el riesgo de trivializar debates serios en torno a la identidad y los derechos humanos.
La controversia crece cuando la transedad se cruza con contextos sensibles, como la convivencia con menores o el uso del discurso identitario para eludir responsabilidades legales. Por ahora, se trata de un fenómeno marginal.
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