Inky, un pulpo que vivía en un acuario de Nueva Zelanda, logró escapar y regresar al océano pacífico. Foto: Acuario Nacional de Nueva Zelanda
Un acuario de Nueva Zelanda comunicó el 14 de abril con asombro la ingeniosa huída de un pulpo de nombre ‘Inky’, quien tuvo que sortear una serie de obstáculos para alcanzar su libertad.
Ante los medios de comunicación que se reunieron en el acuario de Napier, la portavoz de prensa del centro Robyn McLean señaló: “Estamos sorpendidos por su inteligencia. Es un genio”.
La aventura de Inky se remonta a hace tres meses, pero el acuario no informó de su pérdida hasta esta semana. Según McLean, aún no está claro si un empleado movió la red ubicada sobre el tanque de agua o si fue el pulpo mismo que la empujó hacia arriba.
El caso es que Inky, que tiene el tamaño de una pelota de rugby, aprovechó la grieta para salir, bajar por una pared de dos metros de alto y luego arrastrarse por el suelo hasta una cañería de desagüe de 15 centímetros de diámetro.
“A la mañana siguiente aún pudimos ver el rastro mojado sobre el suelo hacia la cañería que desemboca en el Pacífico“, explicó la portavoz.
Los pulpos no tienen huesos y pueden abrise paso por la fuerza por espacios y cañerías estrechos. Los expertos se preguntan ahora si “Inky” tiene posibilidades de sobrevivir en libertad. Hace un año unos pescadores lo llevaron al acuario en bastante mal estado. Al parecer, se había lastimado en peleas con pescadores y perdido algunos tentáculos. En el acuario, se recuperó.