En la Web, la cultura se lee desde el humor y la reflexión crítica
Responder con irreverencia, esa es la propuesta de algunas revistas culturales –o más bien contraculturales– que circulan en la Web. Con espacio para el arte y la música, para las letras y las manifestaciones populares, para los mitos urbanos y la crítica a todo lo que huele a oficial, para los estudios científicos y para los que se prestan a la duda; incluso para aquello que no es noticia.
Son sitios donde abunda la información tratada con ritmo y creatividad, con poesía, intensidad y humor, todo para que el variable y efímero lector del mundo virtual se enganche en los textos y pase sus buenas horas embebido en la lectura. A la palabra acompaña un diseño mordaz, de ilustraciones, colores y fotografías que no dan tiempo siquiera para pestañear: ya se despliega un video, ya se abre una tira cómica, ya un fotomontaje, y en ese vértigo se asumen los cuestionamientos de las notas.
Así, pinchando enlaces, hacemos un ‘tour’ ciberespacial para encontrar lecturas que sorprenden, provocan, causan risa y nos llevan a la reflexión.
Para irse en contra de todo está la Revista Replicante (revistareplicante.com), un proyecto mexicano de cultura crítica y periodismo digital, que en su más reciente edición invita a viajar por los mundos de la literatura, en un descenso a los infiernos o en los delirios de Malcolm Lowry bajo los efectos del mezcal, también acompañando a Roberto Bolaño o a Ryszard Kapuscinski; todos con un lenguaje fresco y adentrado en los aspectos literarios. Además, ofrece columnas de opinión, lecturas sobre el arte contemporáneo y crónicas urbanas.
Las noticias alternativas que ofrece PijamaSurf (pijamasurf.com) se clasifican en secciones tradicionales como Política, Economía, Sociedad, Deportes; pero también lo hacen en otras no comunes como Teorías de la conspiración, Drogas, Monstruos y quimeras o Sci-Tech. Y entre las notas que se abren en la pantalla se halla aquella que nos cuestiona si “¿éramos así de idiotas antes de la televisión?”. Si bien en los comentarios de la misma página hay quienes cuestionan sobre las fuentes y las referencias para elaboración de las notas, también hay quienes suben los enlaces a sus cuentas de redes sociales para compartir esa información.
La Agencia Pinocho, el diario de lo que no es noticia, invita a la distensión y a la risa, con nimiedades que en sus ‘posts’ se despliegan como artículos periodísticos. Por ejemplo, allí está a la nota que se titula ‘Estudiante se duerme en su propia exposición’ o esta otra ‘Empotran grabadora en fachada de verdulería’; la una es de Antioquia, Colombia; la otra viene de Buenos Aires, Argentina. Es decir el acontecer del barrio y el aula de clase abierto a los lectores del mundo.
Otras páginas no se prestan tanto al humor y ofrecen reseñas de libros, opiniones de arte, discusiones sobre políticas culturales que se abren al comentario de la comunidad virtual; entre ellas Sitio al margen, Culturizando, Enfocarte...
Y ahí están esperando que usted, lector, llegue a ellas y que no le tenga miedo a pulsar el ‘mouse’ y leer.