Un grupo de investigadores de la Universidad de los Hemisferios ha hallado, bajo la dirección del organista y clavecinista Miguel Juárez, la partitura completa de un villancico escrito en Quito hacia finales del siglo XVII. Con este descubrimiento, “se van uniendo los eslabones que forman parte de la historia de la música académica de lo que llamaríamos Escuela Quiteña de la Música”, señala Gustavo Lovato, director de la carrera de música del instituto universitario y director musical de la Casa de la Música.
‘La Chacona, me piden vaya’ es el nombre del villancico cuya autoría se adjudica a fray Manuel Blasco (1628-1695), como se encuentra escrito en la portada de los cinco folios (hojas con notas musicales) que forman parte de la pieza colonial escrita en 1686.
El levantamiento digital de la partitura, realizado el 13 de octubre pasado, complementa las investigaciones realizadas por el musicólogo Mario Godoy, en 1994, en el Archivo de la Diócesis de Ibarra.
Para ese entonces, Godoy había hecho una primera filmación de los folios encontrando, con la colaboración del investigador y musicólogo estadounidense Robert Stevenson, tan solo tres partes de la obra: dos partes para tiple y una para arpa.
De esta primera investigación, Stevenson acertó en que faltaba una parte de la obra: una tercera voz. Es así que Stevenson hizo la reconstrucción de la tercera parte que faltaba, ofreciendo un villancico con tres partes originales de Blasco y una reconstrucción suya. Esta obra se pudo escuchar en el concierto que ofrecieron los estudiantes del Collegium Musicum de la Universidad de Connecticut en marzo de este año, en la Catedral de Quito.
Pero con la digitalización de Juárez y su grupo, aparecieron no una sino dos partes vocales, completando toda la partitura de la obra de Blasco. “Al parecer, en las filmaciones de Godoy y la reconstrucción de Stevenson no aparecen dos partes más para tiple que fueron halladas en nuestra última digitalización”, dice Juárez.
Hasta el momento, en el archivo diocesano se han encontrado más de 300 folios de la época colonial, confirma Juárez. Lo que no se sabe, y eso sigue siendo un enigma para los investigadores, es cómo llegaron esos documentos desde Quito a Ibarra. Una de las hipótesis apunta que la causa pudo haber sido el terremoto de 1755 que destruyó gran parte del complejo arquitectónico de la Catedral de Quito. En el apuro de conservar las partituras, varias de las obras escritas en Quito fueron desplazadas hacia conventos y archivos particulares. Por ahora, los investigadores se encuentran tras la pista de una partitura de Diego de Lobato que daría inicio a la música académica ecuatoriana.
Más sobre la obra
El descubrimiento de ‘La Chacona, me piden vaya’ forma parte del proyecto ‘Revelamiento fotográfico de los manuscritos musicales del Archivo Diocesano de Ibarra’, que realiza la Universidad de los Hemisferios.
Para Juárez, un destacado aporte dentro del proyecto lo han realizado los expertos Jerónimo Boza y Francisco Malo.
Al momento, 43 obras coloniales han sido develadas dentro de esta investigación.