León Ruiz visitó el museo del Convento La Concepción, en Riobamba, hace ocho años. En aquel tiempo, este comerciante guarandeño pagó la entrada y recorrió las 14 salas dispuestas en los rededores de dos patios internos.
La semana pasada volvió a Riobamba con la misma intención. Solo que ahora Ruiz se encontró con un sistema de seguridad más riguroso. “Me sentí un poco incómodo. Después comprendí el por qué de tanto trámite”.
Luego de franquear la puerta de vidrio de calle, Ruiz se dirigió a la recepción. Allí, la encargada de la seguridad y las visitas ingresó sus nombres y número de cédula de identidad en una computadora. A continuación le tomó una foto y le pidió que pulsara cinco veces con el índice derecho en un capturador de huellas. A los pocos segundos, se abrió una ficha digital con toda su información.
El robo de la Custodia de Riobamba, considerada el ícono del patrimonio religioso del país, cambió para siempre el modo de proteger a 1 300 bienes culturales dispersos en diversos museos públicos y privados de Riobamba, según la Regional 3 del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC). Lo que pocos saben es que, a pesar de la sustracción de la Custodia mayor, hay cuatro más. Son de menor tamaño pero igual de valiosas e impresionantes. Todas tienen alrededor de 400 años de antiguedad.
Un patrullero con dos policías adentro permanece estacionado en las afueras del museo, para precautelar sus tesoros.