El documental ‘El viaje extraordinario’ repasa la aventura de un prestidigitador llamado Georges Méliès, quien vio en el cinematógrafo la mejor manera de crear una ilusión de 14 minutos llamada ‘Viaje a la Luna’. Así fue como inició el romance entre ese arte joven y un público de mirada ingenua que creyó que esas imágenes eran demasiado bellas para ser falsas.
“Ahora hay más efectos especiales, pero sabemos que nada de lo que vemos es verdad. Antes los trucos eran obvios, pero la gente era capaz de creer. Ahora se dice ‘es demasiado bonito para ser cierto’. Entonces, era ‘demasiado bello para ser falso’”, explica Serge Bromberg, quien junto a Éric Lange, se ha encargado de restaurar la copia coloreada a mano de ‘Viaje a la Luna’, que se encontraba en la Filmoteca de Cataluña y, de ese proceso de reconstrucción, que demoró alrededor de siete años, ha surgido el documental ‘El viaje extraordinario’, que se proyectó esta semana en España.
Méliès era un prestigioso mago e ilusionista e hijo de un fructuoso fabricante de calzado; un día tuvo la idea de llevar su espectáculo y habilidades un paso más allá, utilizando el cinematógrafo (que él mismo se encargó de modificar a partir de un modelo que adquirió previamente). El uso de esa nueva máquina le llevó un día a descubrir por accidente uno de sus más famosos aportes al cine, el truco de la sobreimpresión, que utilizaría para salirse de los límites de la realidad (límites que siempre había transgredido como ilusionista), y de esta manera hacer soñar al público desafiando lo imposible.
“Fue maravilloso, como entrar en las pirámides de Keops y encontrar la tumba de Tutankamón. Pero también ha sido una gran responsabilidad. Restaurar una película no necesita una interpretación artística, requiere paciencia, dinero, tecnología”, asegura Bromberg.
‘El viaje extraordinario’ reflexiona también sobre la vigencia de la fascinación que crea la figura y la obra de Méliès en realizadores como Costa-Gavras, Jean-Pierre Jeunet, Michel Gondry , “el director actual más parecido a Méliès”, según Bromberg.
El Festival de Cannes fue el primera que mostró al público “esta estupenda obra de recuperación del cortometraje más celebre de uno de los cineastas que más consiguieron marcar la historia del cine”, dice el portal Cine Crítico en referencia a la calidad de la cinta proyectada en estos días en España.
Desde su descubrimiento en la Filmoteca de Cataluña en 1993 hasta la actualidad, cuando ya han concluido los trabajos de restauración, han pasado casi 20 años. Se ha tenido que esperar 10 años con las imágenes escaneadas aguardando en las tripas de un disco duro hasta que la tecnología ha podido dar una solución a su restauración. El documental de Bromberg y Lange relata todo el proceso desde que se descubrió la copia. Esta copia coloreada propone una nueva perspectiva sobre la obra de Méliès y reduce las distancias entre dos de sus grandes pasiones: el cine y el teatro.