Una experiencia para músicos cósmicos. Así, a breves rasgos, se podría definir la última publicación del músico y compositor Juan Esteban Valdano: ‘Sistemas de composición musical’.
Apartado de los esquemas clásicos de la composición -como Valdano se ha presentado, en cuanto creador, tras el lanzamiento de su libro-, el cuencano propone una nueva forma de escribir en el pentagrama: un método que abarca la química, la matemática y la física cuántica.
Revisando la panorámica compositiva de Valdano, un libro de este talante se avizoraba en su carrera. Ya en composiciones tituladas como ‘Diario de un alquimista’, ‘ADN’, ‘Metabolismo’, o ‘Iridiscencias del xenón’, todos incluidos en el CD que acompaña a la publicación, se puede apreciar la preocupación del autor: crear música con los recursos de las ciencias exactas.
Sobre la obra escrita, en el prefacio, Valdano expone cuáles son las cuatro vertientes de las cuales se nutre su ‘Sistemas de composición musical’: el ‘Y-Ching’, el sistema de átomos, los estudios de los espectralistas musicales (descomposición del sonido) y las propuestas teóricas de los pitagóricos contemporáneos.
Según escribe el autor, su curiosidad por hacer música en un estilo diferente al tradicional se desarrolló entre el 2003 y el 2007, luego de haber visto el funcionamiento de una máquina de resonancia magnética. “Pude ver, a través de ciertos espectros, relaciones cuantitativas que se correspondían con los armónicos musicales (generadores del timbre característico de una fuente de sonido)”, señala Valdano en su libro, que forma parte de la colección Ideas liebres, editado por la Casa de la Cultura.
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Tras esta experiencia con el aparato de resonancia magnética, Valdano volcó su atención hacia la física cuántica y los orbitales atómicos (23 descubiertos hasta la actualidad). En ellos encuentra una particularidad: “los átomos son resonadores armónicos”. En otras palabras, “los átomos constituyen cuerpos resonadores, como una especie de cajas que tienen la capacidad de acrecentar la amplitud de una onda sonora”, como explica el físico Patricio Ortiz.
Con este planteamiento, de la relación entre el sonido y la estructura atómica, Valdano expone su tesis de un ‘holouniverso’, en el que “lo físico y la naturaleza humana se hallan interrelacionados en procesos de transformación permanente”, como él explica.
Para el filósofo y melómano Esteban López, la idea de interrelación entre los componentes atómicos y la música no es una propuesta muy novedosa. “Martha Bartusiak, en su libro ‘La sinfonía inconclusa de Einstein’, ya propone ese ‘escuchar’ los sonidos de las ondas gravitacionales”. Asimismo, el filósofo critica que Valdano hable de la “transformación permanente”, tema ya expuesto en la teoría heracliana (el cambio permanente).
En ese camino de relaciones y música, un elemento fue el eslabón para ‘Sistemas de composición musical’: el ‘Y-Ching’ (libro moral, cosmogónico y adivinatorio de la filosofía china).
Conocido como ‘El libro de los cambios o de las mutaciones’, el ‘Y-Ching’ -para Valdano- constituye “un sistema de transformación de armonías y ritmos que surgen al azar con la combinación teóricamente infinita de sus 64 hexagramas”. De esta manera, la idea de transformación infinita de la materia se aplica al pentagrama, pues este último -al igual que todo lo presente en el universo- cambia, pero manteniendo su orden inicial.
Ya a nivel práctico, para lograr escribir una obra con este sistema, Valdano utiliza los procesos de escalación matemática, comparable con la escala musical (el sistema de notas: do-re-mi…)
Aunque con entusiasmo presentó su obra, el autor comenta que la aceptación de la misma en el círculo de compositores va a tomar varios años y seminarios donde él explique su propuesta.
Este tono efusivo sobre su texto se mantiene en su escrito, donde apunta: “Creo sinceramente que mi propuesta se halla dentro de las tendencias novedosas de la música del siglo XX y del XXI, en las que se pone de relieve lo versátil de las formas, añadiendo el hecho de que una visión como la que planteo se hallaría en la concepción de Jurgen Habermas, según la cual el arte contemporáneo se justifica en la afirmación de lo vital y lo cambiante”.
Así, llega una obra puramente investigativa, cuya aplicación e interpretación se restringe al campo de la composición musical académica.
Sobre la publicación
‘Sistemas de composición musical’ está compuesto en dos partes: Los átomos y la música, y Sistema musical basado en el ‘Y-Ching’.
La obra forma parte de la colección Ideas liebres, del centro de publicaciones de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Incluye un CD con siete composiciones.