Carlos Páez Vilaró nació en Montevideo el 1 de noviembre de 1923 y falleció este lunes 24 de febrero de 2014, a los 90 años en su escultura habitable Casapueblo, donde las banderas permanecen a media asta.
Páez Vilaró vivió en su juventud en Buenos Aires, donde comenzó a desarrollarse como artista. Regresó a Uruguay en la década del 40, interesado en el tema del candombe y la comparsa afro-oriental y se vinculó al conventillo ‘Mediomundo’. En 1956 dirigió el Museo de Arte Moderno de Montevideo y fue secretario del Centro de artes populares del Uruguay en 1958.
José Pedro Argul lo consideró un artista con “un desprejuicio sin par, un desparpajo ingenuo unido a una condición de trabajo excepcional y técnicas múltiples.
Vinculado a la comunidad afrouruguaya, durante años formó parte de sus fiestas populares, en particular de las Llamadas (fiesta máxima del carnaval rioplatense), y sus temas fueron motivo para sus obras. Pintó cartones, compuso candombes, dirigió coros, decoró tamboriles.
En Punta Ballena (cerca de Punta del Este) construyó la famosa Casapueblo, vivienda, museo y paisaje panorámico. Entre sus murales figuran los que decoran la sede de la OEA en Washington, el hotel Conrad de Punta del Este, hospitales chilenos y argentinos, y los aeropuertos de Panamá y Haití. En su múltiples viajes conoció a Picasso, Dalí, De Chirico y convivió con Albert Schweitzer en el leprosario de Lambaréné.
Su vida artística trascendió a la pintura. Se involucró con la escultura, la arquitectura, el cine y las letras. Tuvo múltiples reconocimientos dentro y fuera de Uruguay.