Este sábado 17 de noviembre se cumplirán 53 años del fallecimiento de Heitor Villa-Lobos, el reconocido compositor carioca que en los años 20 saltó a la fama luego de una serie de presentaciones en salas de concierto parisinas.
En una suerte de homenaje al creador de cerca de 2 000 piezas de música popular y académica -entre ellas Os Sedutores, su primera canción de 1899; Alma Brasileira (1925); Bachianas Brasileiras, nueve obras escritas entre 1930 y 1945- este viernes 16, a las 20:00, en la Casa de la Música (Valderrama y Mariana de Jesús), se realizará el estreno nacional de una de sus partituras más complejas y poco conocidas: Concierto Nº4 para Piano y Orquesta. Y para poder llevar a cabo esta presentación, la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (OSNE) estará acompañada de Paulo Gori, pianista brasileño que desde los 15 años (ahora tiene 60) ha estado en constante cercanía con la composición de Villa-Lobos.
¿Por qué esta pieza en particular ha sido poco conocida fuera del ámbito académico del país carioca? Esta es una de las preguntas con la que Gori inicia un pequeño diálogo sobre uno d e sus referentes en materia de composición. La respuesta, dada en un ‘portuñol’ bien logrado, es más cercana a la realidad del ámbito académico: por lo general, los cuartos conciertos son los menos difundidos; el quinto es el que tiende a ser más interpretado.
Escrito en 1952, el Concierto Nº4 para Piano y Orquesta es una pieza en la que Villa-Lobos, a razón de Gori, “continúa ese recorrido por la tradición musical brasileña como ya lo había hecho con sus otros tres conciertos”. Pianísticamente hablando, el intérprete afirma que la complejidad de la partitura radica en esa constante relación entre el pianista y el cuerpo orquestal.
Jorge Oviedo, director asistente de la OSNE y quien estará con la batuta la noche del concierto, confirma las impresiones de Gori respecto de esta obra. “El concierto mantiene ese lenguaje bastante cercano a la música popular del Brasil”, dice.
Como para mantener el espíritu de la música popular, el programa de concierto que esta semana presenta la OSNE cuenta con obras que, siendo académicas, su inspiración se halla en lo popular.
Es así que la primera pieza de la noche será Andarele, escrita por el ecuatoriano Julio Bueno y que está inspirada en los bailes y música de las comunidades afroecuatorianas de Esmeraldas.
Luego de la pieza de Bueno, el argentino Alberto Ginastera estará presente en el escenario con su Estancia, una serie de cuatro danzas de ballet que incluye música de la pampa argentina.
Esta fuerte presencia de la raíz latinoamericana en la música académica que presenta el programa de concierto “tiene como finalidad exponer una panorámica de la composición de la región a través de representantes de diversas latitudes”, apunta Oviedo.
Esta diversa gama de estilos y tradiciones musicales hace que este concierto en particular adquiera una relevancia significativa. Así lo comenta Luis Serrano, melómano capitalino, para quien el que la OSNE apueste a estrenar una obra de esta magnitud es “reflejo de que sus músicos comienzan a dejar de lado la tradición y muestran un interés por actualizar su repertorio”.
La posibilidad de escuchar un concierto de uno de sus compositores predilectos es, para el violista Alejandro Jaramillo, una oportunidad de celebrar los 125 años de su natalicio (5 de marzo de 1887). “Villa-Lobos no solo es grande por la inmensa cantidad de obras escritas. Su importancia radica en que fue uno de los primeros compositores latinoamericanos en despertar el interés del público europeo a inicios del siglo XX”, subraya el violista.
De esta manera, el programa de este viernes causa expectativa no solo por estrenar una obra de Villa-Lobos sino por constituir un homenaje a su trayectoria.